jueves, 6 de junio de 2013

Tordesillas-Urueña. 1-2 Junio 2013


Urueña

         Escapadita (como se dice ahora) de fin de semana a inicios de junio. Para celebrar el cambio de mes nada mejor que cambiar un poco de aires. Concretamente los de la capital del reino por los de las venteadas poblaciones vallisoletanas de Tordesillas y Urueña. Un viajecito al corazón de Castilla con ecos medievales por todos los lados. Pero antes de nada, algún aspecto práctico, (alojamiento y manutención) que puede ser útil a todo aquel que tenga pensado acercarse por estos pagos.

        Alojamiento. Una nochecita el hotel Torre de Sila. Nos costó por booking 68 euros con desayuno incluido. Un hotelito de 3 estrellas, nuevo que nos gustó mucho. Espacioso, silencioso (cristales de esos gordos anti ruido) limpio, un hotel que valdría el doble por lo menos si habláramos de una población más importante. Además perfectamente situado. Fácil aparcamiento y a 5 minutos, si acaso, del centro, centro. Junto a la estación de autobuses.

Plaza de Tordesillas. Recreación de la llegada de los embajadores


Comer por allí. El sábado tomamos algunas tapas y raciones en una terracita al sol en la plaza Mayor de Tordesillas. El bar se llama Vicky y la verdad es que nos pareció correcto el precio y la calidad. Volveríamos.

Por la noche estuvimos cenando en el restaurante hostal San Antolín, a unos 30 metros de la plaza. Nos gustó. Pedimos el menú de 18 euros y todo lo que tomamos  estuvo muy bueno. Al parecer su especialidad es la carne abulense y desde luego es de las carnes mejores que he tomado. (Mucho mejor que el Big Mac, donde va a parar).En Urueña nos tomamos alguna ración y tapa sin mayor relevancia. Aquí destacar que se estaba muy a gusto en sus terrazas.
 

       Tordesillas.

         Lo cierto es que teníamos ganas de conocer esta localidad, quiero decir, ver algo más que lo que es comer por allí y dar un paseo por su centro histórico. Y eso que no se puede decir que Tordesillas sea conocida como un centro turístico de primera magnitud. No, no es así. Famosa históricamente por el tratado que lleva su nombre y hoy en día por el polémico festejo taurino conocido como el Toro de la Vega (tiene por cierto su estatua el famoso toro, a la entrada de la población), con todo y con eso lo cierto es que Tordesillas bien merece una pernocta. Su centro es interesante con esas viejas calles perpendiculares que confluyen en su porticada y bonita plaza mayor. Además tiene la población muy bonitas vistas al Duero que pasa al pie del pueblo. Eso si, nos da la sensación de que quizás se agradeciera un acondicionado paseo al lado del río como tienen otras poblaciones ribereñas.

          En cuanto a cosas que ver, de esas de por dentro, destacan las Casas del Tratado que albergan el museo o centro de interpretación del tratado de Tordesillas, la iglesia de San Antolín (museo eclesiástico, interesante estructura interior, leyenda de la Reina Juana y sobre todo visita a lo alto de la torre con buenas vistas de la localidad y alrededores). 2 eurillos de na.

Exterior del convento de Santa Clara. Su interior sorprende.

        Punto aparte es el  Convento de Santa Clara, la visita imprescindible de Tordesillas. Perteneciente a Patrimonio nacional su interior es accesible, mediante y solo exclusivamente, visita guiada previo pago por taquilla de la no despreciable cantidad de 7 euros. Son tres cuartos de hora de visita que uno gustaría que fueran más ya que lo que vemos nos sorprende y gusta a partes iguales. La historia del convento, ver este enlace, resumo, se inicia en el siglo XI, como palacio creo que del rey Alfonso VI en plena faena reconquistadora. Posteriormente y hacia el 1350 aprox., creo recordar, se convierte en convento de las Clarisas. Ellas van a ir reformando el edificio, poco a poco, convirtiendo el primigenio palacio en un convento como dios manda. Lo importante es que en su construcción y en alguna de sus reformas intervinieron alarifes, técnicos, constructores y decoradores,  provenientes de Al Andalus, que dejaron, como no, su particular impronta en el edificio. Para confirmarnos que estamos en un lugar sorprendente al final nos acercamos a los baños árabes,bien conservados, y que nos hablan de que eso de no lavarse sería en la época de Isabel y Fernando por que en estos  años de 1200  y alrededores la influencia musulmana todavía era notable. Al parecer se trata de los baños árabes mejor conservados de España
 

Iglesia de San Antolín

       Por cierto, es posible comprarle pastelitos, muy ricos, a las monjas. Eso si, no dejan que las mires. La transacción comercial se realiza a través de un hueco en el que depositas tu dinero y al instante te dan lo que quieres más la vuelta. Curioso. (Luego decimos de los musulmanes y sus velos)
       Por la tarde  se dio la casualidad de que justamente se  representaba en la localidad la ceremonia de llegada de los embajadores y fue bonito ver esta celebración, con los tres embajadores, castellano, portugués y vaticano. Se trata de una representación  que congrega a un buen número de locales y visitantes y en el que intervienen un centenar de personas.


Puente sobre el Duero


Iglesia en Tordesillas

Tortolitos sobre la torre de la Iglesia-Museo de San Antolín

Así entre pateadas, celebraciones visitas y comidas pasó el agradable tiempo en Tordesillas.
Nuestro siguiente destino era la localidad de Urueña. Pero justamente y antes de llegar decidimos acercarnos hasta san Cebrián de Mazote localidad que alberga una una iglesia parroquial  con mucha historia y que contiene  en su interior importantes, e igualmente sorprendentes elementos arquitectónicos mozárabes. Entramos dentro del templo de milagro, por los pelos. Y es que ya estaban saliendo los primeros familiares de la comunión que allí tenía lugar, marinerito estaba el niño. En su interior, donde se nota perfectamente su reciente restauración o al menos pintura,  dependiendo del ángulo de tu mirada puedes imaginarte perfectamente dentro  de la mezquita de Córdoba. Efectivamente los arquitectos y técnicos de su tiempo eran  mozárabes y provenían de la ciudad de la mezquita. Por otra parte adentrarse por estas carreteras te abre a un paisaje distinto al que se ve desde la Autovía. Nos metemos dentro de lo que llaman los Montes Torozos, unas pequeñas elevaciones pero rompen agradablemente  la uniformidad mesetaria. Tras la visita a la iglesia nos acercamos definitivamente a Urueña.


Iglesia parroquial Urueña

Murallas en Urueña. ¿Están Torciaaaas? ¿O es la cámara?
 
 
Murallas y pequeño lavajo

          Lo cierto es que desde hacía mucho tiempo quería visitar esta localidad de la que había oído hablar por su bonita disposición sobre una colina, algo muy destacable en la meseta, como por tener allí el folklorista Joaquín Díaz un centro etnográfico-museo o algo así. Lo cierto es que entre unas cosas y otras llegamos un poco tarde ya, cerca de la una y media. Hemos observado que los horarios de visita de esta comarca son un poco europeos. A eso de la una y media están todos cerrados por lo que parecía que solo nos quedaba ver el pueblo que no tiene precisamente una gran dimensión. Pero lo cierto es que aunque sea un pequeño lugar y no tenga monumentos de interés su localización es tan interesante que simplemente recorrerlo por la muralla, por el camino que lo rodea o simplemente entre sus calles es realmente agradable. Definiría Urueña como una especie de Pedraza pero en versión más pueblo Quizás al estar lejos de Madrid ayude a que todavía tenga un aire a  pueblo sin moñigas. Pero sin duda alguna lo mejor, quizás lo que más nos gustó fueron sus impresionantes vistas especialmente las que  dan hacia las planicies de Tierra de Campos, comarca en la que los montes Torozos son una de sus fronteras. Espectacular y eso que no pudimos ver el atardecer que debe de ser el acabose. Urueña es famoso en todo caso por la concentración de librerías, (pequeñas, no son la casa del libro de Gran Vía precisamente) hasta 10 o 12, we dont remember, por sus museos de instrumentos (2) y por otros diferentes. Nosotros visitamos el del libro en un edificio que lleva por nombre el de  Miguel Delibes, algo, tratándose de la Valladolid profunda, muy apropiado por cierto. Dos eurillos que te dan acceso por un repaso a la historia del libro sobre todo como formato, desde la primera escrituras hasta las últimas encuadernaciones.
 

Tierra de Campos a la vista.


Vistas desde Urueña

Ole y ole
 
Y para despedirnos de Urueña un lugar al que hay que volver visita a la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada de dimensiones superiores a lo que uno espera de una ermita pero que se explica ya que debía de formar parte de un antiguo monasterio  o convento. Además de su destacable antigüedad (siglo XI) y belleza (ver fotos), es muy destacable por tratarse de uno de los pocos ejemplos existentes, del llamado Románico Lombardo en Castilla, algo que se explica al parecer por las relaciones maritales establecidas por alguno de los señores de la comarca.


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