Iglesia marinera en Angra do Heroismo, Terceira
El viaje
agosteño de este año ha tenido dos partes muy diferentes aunque ambas en
portugués. Por una parte Lisboa en la que estuvimos al inicio del viaje y al
final y por supuesto las islas Azores (dos realmente, Terceira y San Miguel) en el medio. En total
15 días en el país vecino con sus cosas, con sus peixes, con sus snacks bar,
con sus obrigados y con su escasa señalización, especialmente en las islas.
Lisboa resulta
una parada necesaria, al igual que Oporto ya que no conozco vuelos directos al
menos desde Madrid. Esto de subir y bajar a aviones es un poco coñazo además de
caro y dicen, muy contaminante y además quita tiempo a los viajes.
Las Azores así
a bote pronto diría que tiene un aire tropical atlántico, son tranquilas, con
un turismo muy presente pero poco numeroso realmente. Son algo caras para los
turistas y salvo Sao Miguel quizás no excesivamente preparadas para el turismo..
Vistas sobre la muy noble y leal Angra do Heroismo
Tras nuestra
primera estancia en Lisboa, zona de la plaza de Marqués de Pombal, Estufa fría magníficas
vistas, en la que pulsamos el ambiente cinéfilo en Lisboa y vimos una peli de
Buñuel, nunca he visto un silencio tan sepulcral en un cine ( había poca gente
eso si), pusimos rumba a Terceira, concretamente a su capital Angra de
heroísmo, pequeña ciudad de unos 12.000 habitantes y que destaca por su trazado
simétrico, por el color de sus casas e iglesias y también por tener un
volcancito en sus afueras al que se puede acceder caminando. Curiosamente se
estaba celebrando un algo extraño festival de folclores al viejo estilo con
coros y danzas y trasiego constante de grupos de diferentes países, USA,
Argentina, Croacia, Polonia, Camboya y algunos más que no me acuerdo todo muy
colorido y con un sabor un poco pasado de moda.
Fortificación de origen español. Epoca de la dinastia filipina
Encuentros en la Tercera fase
Angra do
Heroismo resultó muy agradable incluida su minúscula pero fantástica y
tranquilísima playa. El problema era salir de allí. No llevábamos aquí ningún
coche reservado y no nos resultó fácil encontrar uno. Finalmente lo conseguimos
y con nuestro bonito Smart pudimos un día darnos una vuelta al menos por la
mitad de la isla y patear un poco de naturaleza. Concretamente realizamos el
recurso pedestre, el trilho de misterios negros, rimbombante nombre para un
recorrido entre lagos paisaje tropical y grietas volcánicas.
El ultimo día
resultó un poco cagada ya que perdimos bastante tiempo embarcando en nuestro
ferry a Punta Delgada (capital de la isla de San Miguel) ya que además de
llegar con demasiada puntualidad el puerto resultó ser un sitio aislado y donde
solo había un bar y un deplorable restaurante en el que tenías que pasar toda
la espera.
Finalmente
enganchamos el ferry muy tranquilo y medio vacio y cuatro horas y media después,
ya de noche llegábamos a Punta delgada
Más Angra do Heroismo
Plaza de toros y ambiente taurino en medio del Atlántico. Cada día casi, como pudimos comprobar , en verano organizan unos miniencierros por las poblaciones de Terceira
Vegetación Exuberante cuasi, o sin cuasi, tropical. Por el interior de Terceira
Nuestro Smart en Terceira. Como corria el jodio
Sao Miguel.
Llegamos a
Punta delgada un poco cansados del viaje pero con el tiempo suficiente de poder
cenar algo, y dar una pateada por una ciudad en toda regla (50.000), con aire
colonial pero aquí en blanco y negro, a diferencia de los colorines de Angra do Heroismo y con una
bonita zona portuaria. En todo caso la perspectiva para los días siguiente era
muy buena: Coche para los 7 días siguientes. Comentar aquí que el transporte público
en las islas no parece una buena opción. En Terceira donde no teníamos el coche
miramos la posibilidad de ir a una localidad, Biscoitos con sus piscinas naturales,
y un recorrido de apenas 25 kilómetros tardaba algo así el bus como hora y
media. ( Supongo que pararía en todos los pueblos de la isla) y además la
frecuencia era mínima. Otra opción es enganchar un recorrido organizado, hay
muchas empresas que lo hacen y otra es directamente coger uno de los muchos
taxis.
A las 10 de la
mañana estábamos ya cogiendo el coche en la agencia, por cierto Avis, compañía
en la que alquilamos no tiene oficia sino que el servicio se lo da una compañía
local (Ilha verde) por lo que me temo que el coche nos salió más caro de la
cuenta.
Con el coche,
ya libres como Mercedes Milá o Sanchez Dragó, pusimos rumbo a nuestra zona de alojamiento
en Santana-Rabo de Peixe, al norte de la
isla. Las distancias son pequeñas y no pudimos dar un chapuzón en una
fantástica playa, la mejor que vimos, temperatura fantástica y poquita gente.
El agua también de temperatura perfecta.
Playa azoriana. Poca gente, tranquilidad y agua con muy buena temperatura
Cambiamos de Isla, Sao Miguel, y el tiempo se torció. Siete ciudades al fondo. Sao Miguel destaca por su lagos sobre cratéres, con tupida vegetación
Paramos aquí
para resumir el tema playero. No son islas de grandes playas ni de turismo
playero. Pequeño tamaño y no muy abundantes son la principal desventaja. En
cambio poquita gente, y muy buena temperatura. Eso si, En Sao Miguel el tiempo
fue básicamente nublado con lluvia generalmente ligera. Pero yo creo que con la
temperatura que hace te puedes bañar igualmente.
Tras chequinar
y descansar un poco en nuestro alojamiento en la zona, un apartamento que nos
gustó mucho, hipertranquilo, nos dirigimos a visitar los alrededores concretamente
la vecina población de Rabo de Peixe. Aquí vimos la otra cara de la isla, no la
del anticiclón, ni la del trio de los azores si
no la de la droga. La zona del puerto de Rebo de Peixe parecía la cañada
real, sucio, gente tirada y ambiente entre patibulario y zombi. Posteriormente
investigando vimos que la localidad, la más pobre de las Azores tiene un
curioso pasado toxicómano, con el naufragio de un barco cargado de fardos de
cocaína que fue recogido por algunos lumbreras de la freguesia iniciando así
una epidemia de drogadicción que tiene sus consecuencias hasta hoy en día.
Incluso hasta un documental ha recogido esta historia.
Eva en primer plano y el Atlántico al fondo
Más laguitos
Junto al lago de Furnas
Los días iban
pasando por la isla de Sao Miguel, con nuestro coche recorriendo los distintos
rincones de la isla pero siempre bajo un cielo nublado que desmiente el famoso
anticiclón al menos en verano. Pero claro, Sao Miguel es la isla verde, tan
verde o más que Irlanda y claro ese verde no se obtiene por riego a gota si no
por que la humedad es constante. Al menos la temperatura era fantástica y la
lluvia raramente es fuerte.
A mitad de
recorrido conocimos a Doña Adelina, o más bien el busto que preside el jardín
de este segundo alojamiento esta vez en el sur de la isla, en la localidad de
Ponta Garca.. Residencia Ben Estar doña Adelina es un curioso alojamiento con
una humedad notable con una curiosa propietaria hija de la tal Adelina que da
nombre al lugar.
En resumen
visitamos lo más destacado de la isla en estos 7 días, y supongo que nos
quedaron muchas cosas por ver, muy especialmente el perfil de las cumbres de la
isla que no pudimos ver en todos los días, por estar cubiertas de una constante
neblina.
Actividad volcánica por aqui en Furnas
Turistas interesados en como se prepara el cocido con energia geotérmica
Jardín botánico de Terra Nostra, en Furnas. Realmente bonito, dicen que uno de los mejores del mundo mundial
Retornamos a
Lisboa.
Y de nuevo en
Lisboa tras superar con nota la huelga de Ryanair ( un retraso de solo hora y
media). El sábado prácticamente en su integridad lo pasamos visitando Belem (Monasterio
Jerónimos, torre, monumento, museo Berardo ( o algo así) y alrededores tras
llegar y volver aplastados primero y luego sudando por el tranvía que lleva
allí más impresentable que el metro en Madrid.
Más del jardincico
Más energia geotérmica
Puerto de Nordeste
Lisboa tiene su ambiente cinéfilo
Gatico en la zona de la Expo Lisboeta