miércoles, 10 de febrero de 2016

Barcelona. Enero 2016

Interior de la Sagrada Familia

Barcelonaaaa, Barcelonaaaaa, Barcelonaaaaa se desgañitaban años a, los / las ilustres Montserrat Caballé (se parece algo en la cara a la honradísima Rita Barberá) y Freddy Mercurio, ex Queen. Pues si, han sido 3 las noches y 4 los días que hemos pasado en la capital catalana, alojados en el hotel Condal, 70 y algún euros la noche, y situado a pocos metros de las Ramblas en el llamado Barrio Gótico de Barcelona. Un alojamiento recomendable bien situado, aunque quizás,  según avanza la noche, van adquiriendo los alrededores un ambiente algo sórdido.



A destacar que hemos sustituido para nuestro desplazamiento por tierras nacionales el coche por el tren, concretamente el AVE, y hay que decir que muy bien. Se viaja de maravilla muy especialmente en el vagón silencioso.

Parque Guell 


El primer día tras checkinar en el hotel pusimos rumbo a la playa de la Barceloneta por eso de que es justamente el mar quizás lo que más se echa de menos en Madrid. Por la tarde nos dimos una vuelta por el centro, muy especialmente por el barrio gótico y con una más que destacable pateada nos acercamos hasta la Sagrada Familia, donde teníamos las entradas para visitar su interior el día siguiente.



El día siguiente, viernes empezamos la mañana visitando más concienzudamente la ciudad. Nuestro primer objetivo fue el famoso mercado de la Boquería, supuestamente uno de los más interesantes de Europa, dicen las guías turísticas y lo cierto es que resulta curioso. Locales muy bien puestos, todo limpio y bien expuesto y a destacar dos cositas que llaman la atención. Primero, a diferencia de otros mercados del centro de Madrid, se alternan los sitios donde picotear de altos precios con puestos de los de toda la vida donde te venden fruta a menos de un euro el kilo. Segundo muy recomendable también arramplar con los zumos variados que venden por un euro o euro y medio. Riquísimos los que probamos y que nos hicieron recordar a los zumos de Marruecos que conocimos tiempo atrás. ( Menos oferta aquí en Barcelona).



Impresionantes las vistas sobre el Puerto de Barcelona desde Montjuic
La Pedrera


En fin, un sitio curioso y con mucha personalidad. Lo mejor del pasado (producto, precio, tradición) y lo mejor del presente (organización y limpieza).



Posteriormente nos dedicamos a patear por el centro Barrio Gótico y Raval mayormente, buscando los lugares más conocidos, Macba, Catedral, plazas variadas, iglesias variadas etc. A eso de las 13.30 hicimos algo de lo que no solemos ser muy aficionados. Buscar un restaurante más o menos famoso. Así lo hicimos con el famoso y viejo restaurante (el más viejo de Barcelona, mil setecientos y pico) Can Cullerets. Fue un movimiento inteligente ya que en estos sitios lo normal es no encontrar mesa sin reservar pero yendo pronto conseguimos nuestra mesa y tuvimos suerte ya que en 15 minutos se llenó completamente y había gente esperando. Me gusto la comida, buena relación calidad precio y nos llamó la atención además de lo pintoresco y curioso del local el plantel de veteranas camareras-encargadas (tenían pinta de ser familiares) que atendían junto a otros trabajadores el local.

Casa Batllo
Otra casa chula
Parque Guell 


Salimos escopetados de allí, ya que a las 15.45 exactamente teníamos nuestras entradas para visitar la Sagrada Familia (15 euros) el monumento más visitado al parecer de España. De la Sagrada Familia poco que decir, llama la atención enormemente al entrar pero sinceramente fuera de esa primera impresión no parece mucho más que ver. Quiero decir que yo me esperaba más recovecos dentro del edificio. No es que decepcione pero a mi tampoco me sorprendió (claro vas ya esperándote el no va más)



Más parque Guell

Soportes de la plazoleta en el Parque Guell


Posteriormente volvimos hacia el centro siguiendo las recomendaciones de la Lonely Planet respecto a edificios modernistas en el Ensache destacando la Casa de la Pedrera y la casa Batllo. (22 eurazos la entrada). Para completar la tarde nos acercamos a una de las tiendas de la librería la Central, uno de los clásicos literarios de Barcelona y que hace unos años ha abierto una tienda aquí en Callao. Fuimos a  del Raval y nos gustó mucho. Enorme tienda y con una fantástica disposición en mesitas. Ideal para h/ojear libritos.



Antes de continuar vamos a recordar algunas impresiones de Barcelona



Ciudad que comparte lo sórdido con lo elegante. Un buen ejemplo de esto es la zona de las Ramblas. Por cierto, enorme presencia policial por esta zona al menos durante el día.



Metro funciona mucho mejor que el de Madrid. Es más barato (10 euros billete 10 viajes) y funciona con mucha mejor frecuencia. Eso si, es más viejo y oscuro, pero funcional, lo es mucho más. Se mueve uno de maravilla con el metro.



Barcelona es claramente bilingüe, incluso diría que casi es el castellano lo que más se escucha. Ningún problema en este asunto.



Se veían unas cuantas esteladas colgadas en algunas cosas. Solo vimos una bandera española.



Las raciones de comida son escasas. La pela es la pela. Pero se come bien.



Hay mucho turismo. En algunas zonas se ven movimientos ciudadanos opuestos al menos al exceso de turismo. Charlando con el dueño de una tienda-bar nos dijo que eso eran cosa de cuatro gatos. Claro, el vive del turismo.




Parque Guell



El sábado nos pusimos en marcha hacia otro de los “must” del turismo barcelonés. El Parque Guell. Obra inacabada, una más, de Gaudí. Se trata de un proyecto de urbanización para burgueses en una zona alta y ventilada de Barcelona que acabó en fracaso. Al final nadie debió de quererse venir a vivir aquí, en el quinto coño a principios de siglo y lo que conocemos como “parque”, no son más que los restos de aquella obra, de aquella burbuja inmobiliaria. Una plazoleta en dos niveles, una casa piloto, un centro de recepción, unos caminitos. Eso si, espacio suficiente para conocer las mentalidad constructora del arquitecto catalán más famoso. Estaba bastante lleno, eso que andamos en la cuesta de enero, época baja turísticamente hablando en Barcelona. Eso si ir hasta allí supone encontrarte con buenas vistas de la ciudad. Visitamos también por cinco euros extras, la casa donde vivió Gaudí, lugar que resultó interesante.



Desde allí, cogimos el rápido Metro y nos marchamos al Puerto Olímpico. Por allí pasamos las siguiente horas, caminando junto al mar, esto siempre es agradable, y finalmente acabamos de comilona en una terraza que nos pareció que debía de estar bien, (estaba petada) concretamente era el restaurante Salamanca en la Barceloneta,





Tras salir más que llenos y satisfechos ( y sin casi 30 euros cada uno) nos dirigimos a patear por el Born, barrio contiguo al gótico y que nos recordó a Malasaña-chueca. Por allí pateamos y volvimos a patear. Por cierto una visita que resultó interesante bue la iglesia gótica de San Just, templo solitario, escondido, gratuito y que alberga una torre a la que se puede subir por dos euros y si no eres claustrofóbico hasta arriba con grandes vistas. Muy recomendable este lugar.



Y ya el domingo, teníamos toda la mañana ya que el tren no salía hasta las 16 horas lo dedicamos a visitar la zona de la montaña de Montjuic. A destacar, vamos terminando,  las vistas hacia el puerto, impresionante sus dimensiones y el famoso castillo que no visitamos por dentro. Pateamos, pateamos y pa Madrid



Por lo viejo de Barcelona

Castillo de Montjuic
 
                                                 En la torre de la iglesia de San Just
 





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