viernes, 3 de enero de 2014

Munich. Diciembre 2013

Marienplatz



        Empecemos por el revés, así con el recuerdo más reciente, que no es otro que el pintoresco vuelo de vuelta a Madrid, compañía Iberia, que se inició con una espectacular batalla para colocar todos los equipajes de mano que había, que eran muchos. No cabía ni un alfiler y fue un espectáculo ver batallar al personal del vuelo para que todo encajara (equipajes y pasajeros). Más aún para el recuerdo nos va a quedar el piloto, con sus comentarios culturales-divulgativos y humorísticos de los que destaco su… "a las nueve menos cinco sobrevolaremos Lourdes por si quieren hacer una oración" o su final.. "tripulaciooooon , desplieguen raaaaampas".

Catedral de Múnich
 


         Pero si así termino nuestro viaje empezó con un mañanero vuelo, que si bien nos dejó un poco matados por el madrugón también nos situó de forma muy conveniente a pronta hora en Munich. Concretamente a eso de las 12 estábamos ya chekninando el nuestro primer alojamiento, el Leto Motel el el barrio de Moosach, situado en  las afueras de Munich pero a apenas 15.-20 minutos del centro. Comentar que el Leto Motel resulta una opción bastante recomendable (ya tenía un 8.4 en booking). Nuevo, limpio, agradable staff (especialmente la chica sudaramericana que nos atendió) y a 50 metros del tren y tranvía. La prontitud de nuestra llegada hizo que nos diéramos un pequeño paseo por los alrededores, un tranquilo barrio alemán, parecía bastante popular,  con mucho espacio, amplias aceras, carriles bici y ambiente tranquilo. Resultaba agradable y muy apropiado para lo que uno espera de un viaja al centro de Europa en invierno ya que para más ambientación caían unos copitos de nieve. Siguiendo las recomendaciones de la posadera comimos, bastante bien,  en una cervecería eso si, servidos con la sequedad particular de los alemanes que luego veríamos en otros sitios.

       Tras la correspondiente siesta nos fuimos a patear al centro y hacernos una composición de lugar de lo que iban a ser los siguientes días. Ambiente navideño como uno espera y todas esas cosas. Tras cenar algo, beber alguna cervecita y autopropinarse nuestro camarero nos volvimos a nuestro motel.


 
Por Múnich
 

Día 2 (no del mes). Domingo

      Cambio de hotel. Nos dirigimos a nuestro segundo alojamiento el hotel Wallis. Céntrico al máximo, resultó bastante más caro que el Leto Motel pero claro es lo que tiene estar a un paso de todo. Nos gustó en general aunque hay que decir que el que no tuviera internet gratis en las habitaciones nos pareció un poco cutre. En todo caso desde aquí lo recomendamos. Este segundo día,  aprovechando el día soleado que hacía, nos fuimos a patear un poco la ciudad entrando en la catedral, alguna que otra iglesia, vamos, lo que viene siendo el Abc del turismo. Nuestra dirección era la zona del rio y el llamado jardín Inglés, una especie de parque del Retiro o Casa de Campo pero en plan bávaro con sus tejos, sus ríos desbordantes y sus biergarden. Como hizó un fantástico día pues nos gustó mucho. También nos dimos una vuelta por zonas aledañas, monumentales, como el parlamento regional de Baviera edificio al parecer de estilo Maximiliano, un tipo de arquitectura que se repitió en otros lugares de la ciudad. Así, estilo Maximiliano. Me gusta el nombre. Posteriormente vuelta al hotel, siesta española y el plan de la tarde consistía en visitar la Filmoteca de Munich donde ponían el "Cartero siempre llama dos veces", la primera, la de los años cuarenta. Junto al cine hay una cafetería, cervecería, medio restaurante, ideal para descansar un poco y estar en un sitio agradable y tranquilo. A destacar el extraño grupo de parroquianos cinéfilos muniqueses que había en la sesión. Basicamente un abigarrado grupo formado por solitarios, varias parejas y algún grupillo, de aires raros, silenciosos normalmente, de risas estruendosas y entre los que debemos de destacar el tipo extraño y parlanchín que se puso al lado de Eva  (nos hizo mover los abrigos) que resultó un asiduo del cine ya que se había tragado la anterior. Para mayor rareza a mitad de película se oye un ruido extrañísimo, lento como un mecanismo, taca, taca, chirn, chirin. Resulto ser una mujer con un andador que debía de llegar al cine con una hora de retraso. En fin bastante surrealista todo. La película, por cierto, en versión original  en inglés y sin subtítulos en alemán, (nos hubiera dado igual) nos pareció realmente buena aunque solo entendimos la mitad de los diálogos.

 

Tren de época


También lo tenemos en Madrid
 

Dia 3 ( no del mes)
      Este día decidimos acercarnos a pasar un bonito día… al campo de concentración de Dachau. Bastante cercano y bien comunicado desde nuestro hotel Wallis yo creo que en 40 minutos estábamos ya disfrutando de sus instalaciones…

     Dachau fue el primer campo de concentración que diseñaron los nazis (vaya ideas) y que al parecer sirvió de modelos a otros siguientes. Allí acabaron todos aquellos opuestos al régimen, no solo judíos, desde políticos izquierdistas o no izquierdistas, emigrados, homosexuales, gitanos y también prisioneros de guerra. Las condiciones debieron de ser dantescas y el campo reconstruido mayormente ha sido convertido como suele suceder en estos casos en una visita bastante concurrida llena de carteles explicativos donde se nos narra todas las ideas que tenían esos tarados. El día acompañó, en lo lúgubre, un día frio (sin exagerar), plomizo y con ese ambiente tristón, gris, del otoño-invierno con los árboles sin hojas. Nos gustó. Que paradójico. Por cierto hicimos la visita guiada de las 11 en inglés (todos los días) que no acabamos ya que dos horas y media escuchando en inglés a un alemán en un grupo de unas 20 personas se hace durillo. Además algo de tiempo queríamos dejar para verlo por nuestra cuenta.

Eva Mª

Iglesia muniquesa

Por el centro

Campo de concentración de Dachau



        A eso de las 3 estábamos de vuelta en Munich y aprovechamos el tiempo de luz restante para darnos una vuelta por el barrio de la estación en dirección hasta el parque donde tiene lugar el Oktoberfest. Allí había un concurrido recinto ferial con los típicos mercados y los puestos de salchichas, cervezas y vino caliente.

         Después de la siesta no quedo si no irnos a darnos otra vuelta por el centro, visitando zonas que todavía no habíamos pateado. Y tras callejear las dos tres horas correspondientes decidimos acercarnos a la cervecería más famosa de Muhich la Hofbrauhaus o como se diga, que podemos decir que visitarla si la visitamos (todo el recorrido hasta los servicios) eso si de ida y vuelta a la calle de nuevo. La verdad es que resulta bastante impresionante el lugar. Eso si el ambiente estaba muy caldeado y etílico (al día siguiente jugaba el Manchester). Estaba a esas horas (aunque era un lunes) abarrotado. Total,  nos fuimos en busca de otro lugar donde poder comer algo que ya teníamos gusilla y acabamos en un impersonal lugar donde nos atendió otra brusca camarera (más brusca de lo habitual tras haberla casi arrasado en mi ímpetu por coger mesa) nos tomamos unas fajitas y una cervezas. Afortunadamente todavía y de vuelta al hotel pudimos tomar otra cervecita en otro lugar con más  carácter. Ricas ricas. (me quedo con las de trigo y las tostadas) siempre de barril.



A ver si estoy en la lista de gaseados

Mujer hablando por teléfono

Puestos navideños.

Por el jardín inglés.

Jardín inglés

Más jardín Inglés. Gran dia.
 

Día 4 ( no del mes)

         Ultimo día. Hoy el destino era las Pinakoten (vamos se presentaba una mañana cultureta). La nueva y la vieja,  más el Modern Museum o así. Tras un debate y la consecuente votación (si ir a la nueva o la vieja) decidimos que la Neue pinakoteken se adaptaba mejor a nuestras inquietudes artísticas. Pero, vaya por Dios, en Alemania cierran algunos museos los martes, que originales. Total que acabamos en la vieja Pinakoteken. Allí vimos cuadros y más cuadros a destacar las pinturas de los Brueghel, las voluptuosidades un tanto porno de Rubens y también la sala dedicada a pintura española, con algún Zurbarán,  algún Greco,  pero sin duda a destacar la serie de cuadros de niños pobres sevillanos de Murillo. De la vieja pinakoten pasamos a la Modern gallery lleno de arte degenerado (así decían los nazis) (algunos cuadros eran realmente degenerados) que creo que nos gustó igualmente (sobre todo los más degenerados). Pero los museos cansan y mucho y se hizo hora de continuar nuestra visita andarina por la ciudad ahora en dirección, como no ,hacia el centro. Otra visita a la cervecería Hofbrauhaus esta vez debido a lo temprano de la hora con bastante menos gente que el día anterior, (tal vez nos podíamos haber sentado pero tras la vista de su codillo nos decantamos por irnos al bar de la Filmoteca y atacar unos rabbiata y una foccacia con la consecuente cerveza negra muniquesa). Y a eso de las cuatro agarrar nuestros equipajes y ponernos en dirección al aeropuerto. Y allí en el vuelo un homenaje a los Amantes pasajeros de Almodóvar.


Más ambiente navideño.

Las vacas llevan aquí publicidad. Cosas del capitalismo

Parejita de bávaros.


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