lunes, 31 de enero de 2011

Croacia-Eslovenia-Venecia. Agosto 2010

Un "rincón" Veneciano

       Hola chic@s:
       Inicio un pequeño recorrido fotográfico y textual, sobre el viajecito de este verano. He de decir que nuestra primera intención era ir a Islandia, pero la erupción del volcán de nombre impronunciable, hacia algo arriesgado volar hacia allí. Luego pensamos en la costa Oeste norteamericana, pero con esto de la crisis, el euro no hacía más que despreciarse frente al dólar. Total, el vuelo salía por un pico, y todo era más caro. La tercera propuesta era este viaje más cercano  y que ha resultado muy interesante.
Y es es que bien mirado,  el recorrido (Venecia, Croacia y Eslovenia) prometía. Combina lo que podemos llamar turismo/ viaje cultural,  de costa  y  de montaña. ¿A que suena bien?

Góndolas Venecianas
             En estos casos lo primero que hay que hacer es elegir los cargos organizativos.  Para ello se celebró la correspondiente elección . El equipo de preparación estaba formado por un servidor como presidente,  y máximo mandataaaaaaario,  (El escrutinio fue un voto a favor, el mío, y una abstención, la de Eva). Para  mi compañera sentimental fueron los cargos de  vicepresidenta y jefa de operaciones (un voto a favor, el mío, y una abstención, la suya). Vamos,  que fue ella la que  se lo curró mayormente.


El espectacular Anfiteatro de Pula  (Croacia)

                Volar a Venecia supone ahorrarse unos euros respecto a aeropuertos más cercanos, además de tener la oportunidad  visitar una ciudad a la que puedo definir, si miedo a equivocarme, como única. Allí pasamos las dos noches primeras del viaje y las dos últimas ( ¡¡un viaje capicúa, esto no podía salir mal¡¡). Para el que todavía no conozca esta ciudad italiana,  deciros que te sorprende a las primeras de cambio. Agua en vez de cemento, barcas en vez de coches y palacios e iglesias en vez de bloques de edificios. Y mucha, mucha gente. Yo me la imaginaba diferente. Pensaba, no me preguntéis la razón, que se trataba de una ciudad situada lado del mar, que tenia una parte que se iba hundiendo, vaya usted a saber por qué, y donde el agua iba ganando terreno poco a poco. Pero realmente se trata de una isla con infinidad de rincones, donde predominan los viejos edificios, lo antiguos palacios, testigos de épocas pasadas  de  gran esplendo y que donde no hay canales,  estrechísimas callejuelas sirven para poder ir caminando. Así que como está ciudad es realmente única y alucinante, aquí hay que pagar hasta por un mapa de la ciudad. Estos dos días nos dedicamos a patear bastante, entrando en algunas iglesias, pero dejando los platos fuertes de la ciudad, las visitas imprescindibles, para la vuelta, tras el periplo por Croacia y Eslovenia.


Tipica playa croata.



Parque Nacional ( lo digo en serio) de Krka.

             Y es que nuestra cabeza no estaba entonces en la ya conocida y facilona Italia, si no en el recorrido que íbamos a iniciar por dos países de idiomas raros, mayormente sin alojamiento, en plena temporada alta, y con alguna incógnita (esto sería largo de escribir) sobre si tendríamos el coche o no. Este tema del coche si supuso un ( pequeño) problema del que luego hablaré. Para llegar a Pula, nuestro primer destino croata, cogimos el único bus diario que hace esa línea desde Venecia. Tarda más de 6 horas en hacer un trayecto que no llega a los 300 kilómetros. Y es que aunque en Croacia tienen una buena red de autobuses, moverse de esta forma te puede eternizar el viaje ya que realizan un montón de paradas.


La tripulación se pone a tocar. Estos tios son muy buenos.

 
        Finalmente y algo cansados llegamos a Pula. Por Internet habíamos reservado una habitación para las tres primeras noches. Nuestro arrendatario ( tío enrollado)  nos vino a recoger con su coche  a la estación de autobuses.
         Eso si el alojamiento que nos proporcionaba, era cutre, cutre ( 40 euros habitación), Me explico. Estaba limpio, bien situado, tenía una cama cojonuda y un buen cuarto de baño. ¡¡ Pero coño, si estaba sin terminar¡¡. El cableado a la vista, sin muebles,  vamos que según a quien, daba pena. A mi no.  Estaba en una vieja y destartalada finca, con unos vecinos que tenían sus trastos tirados por allí. Pero estuvimos bien. Cerca de todo. Por cierto, como pudimos comprobar posteriormente, no era raro ver casas habitadas a medio acabar. Así, con el ladrillo visto (ladrillo de obra, nada de virguerías) e incluso juraría que a alguna le faltaban hasta las ventanas, lo digo en serio.¡¡¡ Que cosas, Jesús, María y Jose¡¡¡


Tranquilidad en las islas Kornati

Por Croacia:


       Según una vieja leyenda croata, un día, hace muchos, muchos años, una bella princesa decidió una bonita mañana de primavera seguir un sendero balizado que pasaba junto a su palacio. Llegó la tarde y la joven no volvía. Llegó la noche y tampoco. La real familia empezó a preocuparse lógicamente y más cuando hace unos años un hermano, el primogénito y heredero, desapareció para siempre de la misma manera, no volviéndose a saber nada de él. Por supuesto que se organizó rápidamente su búsqueda. Los más gallardos jinetes galoparon. Raleas de perros dálmatas olisquearon. Incluso se recurrió a un sabio que escudriñó en las estrellas. Pero nada. Por su parte la ( bella) princesa, vagaba y vagaba por un impenetrable bosque, pasando varias noches a la intemperie. Una mañana escuchó el "croac-croac" de una rana y decidió seguirlo. Y no quedó ahí la cosa, también empezó a escuchar.. “soy tu hermano, "croac-croac", soy tu hermano, croac”. Finalmente la princesa y el príncipe rana llegaron de nuevo a su palacio. Y desde entonces, y ya van 900 años a este país se le llama Croacia.

Sé que os ha emocionado esta vieja leyenda. Pero tenemos que ser fuertes… snif, snif… Continuemos

Mucho calor en Split. Es veranito.

 
          Y si voy a Pula que me se puede ver?.. Pues tiene unas cuantas ruinas romanas. Y es que por estos pagos la presencia de gentes de la vecina península itálica ha sido una constante. Como, por supuesto, la inevitable presencia romana y también la, más reciente pero igualmente antigua,  acción de la poderosa ciudad de Venecia. Entre los principales monumentos de la ciudad destaca su anfiteatro parecido al de de Roma pero con un par de tallas menos. Por cierto, allí dentro donde peleaban hombres y fieras,  se celebran algunos conciertos en verano. El gran Salomon Burke actuaba unos días después pero para entonces ya no estaríamos allí. Peeeena.


Split. Palacio de Diocleciano

          Finalmente el lunes pudimos coger el coche. No sin retraso y es que dimos con una compañía, AMC, de bajo coste y también baja calidad. Fue toda una odisea; la oficina estaba cerrada (incumpliendo su horario) y nos toco esperar bajo un sol de justicia hasta que después de unas cuantas llamadas alguien se pasará por allí.  Finalmente apareciron y supuestamente para compensarnos por la espera (creo que realmente no tenían otro coche) nos dieron un Golf, vehículo de una gama más alta a la que habíamos reservado, con  la ampliación del seguro al precio del baratejo. Un coche automático y de gasoil. Ya podíamos rodar cómodamente. Como en los anuncios de coches.

Este señor petrificado es obra del más famoso escultor croata.

Esto está petao…

         El plan para los primeros días era ir bajando desde Istria, en el norte de Croacia, hasta Split, punto más sureño de nuestro recorrido. Pasamos una noche en la isla de Krk... petadisima, pero, poco a poco, fuimos enderezando nuestro rumbo. Zadar fue el siguiente destino. Se trata de una ciudad muy croata, esto es, costera y monumental.  Muchas de las ciudades de este país, están junto al mar, tienen un casco antiguo muy interesante, su puerto marítimo y están rodeadas de grandes bloques de casas. Sus antiguos centros  urbanos nos hablan de la antigua presencia romana y también de las razzias de venecianos, turcos y otros pueblos invasores. Su extrarradio, en cambio, nos recuerda los años más de recientes  del comunismo y post-comunismo.

Sibenik. Playa de Guijarros. Las chancletas imprescindibles.


Sibenik. Esto está muy bien.

           Esta ciudad fue todo un descubrimiento. La verdad es que pintaba bien. Reconozco que quería pasar por allí, simplemente por ser, la patria chica del jugador de baloncesto, ya desaparecido,  Drazen Petrovic. Me atraía. Pero la verdad es que se estaba muy bien. Encontramos un alojamiento muy guapo, que llevaba un matrimonio mayor, realmente agradable. El mando lo llevaba la mujer que no hablaba más idioma que el suyo, y que  se comunicaba por gestos. Esto le hubiera encantado a Alfredo. En vez de aprender algo de inglés en un cutre curso, mezclaba palabras de cualquier idioma y si no se le entendía movía brazos, hacia aspavientos y sonreía. El marido era majete también. Nos proporcionaba unos estupendos higos de la única higuera que tenía en su huerto. Decidimos ampliar nuestra estancia allí hasta pasar un total de 5 noche


Iglesia de San Marcos en Zagreb.

              Sibenik, es un estupendo punto de partida para visitar algunos de los lugares emblemáticos de este país. Como por ejemplo Split, la tercera ciudad de Croacia, que además de ser la típica población  costera  con su paseo marítimo, su puerto y sus  playas de guijarros (y también cemento) , alberga uno de las joyas monumentales del país, el famoso Palacio de Diocleciano. La verdad es que es un edificio de dimensiones espectaculares, al que se han ido añadiendo edificaciones posteriores. A destacar el antiguo Mausoleo ( de Diocleciano, creo)  reconvertido en la catedral de la ciudad. Pero este día lo recuerdo con calor y mucha gente. Otro día visitamos el parque nacional de Krka, un espectacular paisaje de cascadas, y pequeños ríos, eso si, como no, “petao”. En este caso es alucinante pensar que se trata de un Parque nacional. Más bien, por lo menos a la entrada, parece un parque de atracciones (12 eurazos). Eso si, pudimos bañarnos en sus aguas. Es muy interesante observar  las pequeñas lagunas que hay en altura, por efecto de su peculiar geología,  casi  a modo de terrazas. Otro día fuimos al Parque Nacional de las Islas Kornati, un pequeño archipiélago de más de 100 islotes de desolador aspecto. El viajecito por las Kornati, la verdad es que estuvo guapo. En una de las islas  pudimos nadar a nuestras anchas, con muy poca gente y además el viaje fue entretenido, disfrutando de las vistas y también de la canciones de varios miembros de la  tripulación reconvertidos en un curioso cuarteto local. Lo mismo te cantaban que te servían el filete. Eran cojonudos, y se traían bastante cachondeo. Mucho mérito, teniendo que a bregar además con un grupo de turistas mareados, y quemados por el sol.

Estatua de Drazen Petrovic en Zagreb. Este tio era un genio del baloncesto.

 
        La propia ciudad de Sibenik era muy agradable. Uno de los días cogimos una barcacilla ( un mísero euro y medio) lleno de gente local y  para pasar el día en lo que ingenuamente  creíamos que era una isla ( era una península) y donde pudimos disfrutar de una solitaria y muy agradable playa de guijarros. Lo que demuestra que en muchas ocasiones, lo barato y menos trillado resulta lo mejor.

        De la experiencia de Kra decidimos que no íbamos a Plivitce, una de las joyas de Croacia, todo un Parque Nacional, Patrimonio de la Humanidad. Ahí queda eso. Y efectivamente, aquello auguraba mucha “humanidad”, seguramente demasiada. Después de la experiencia de Kra pensamos que era mejor buscar algo más tranquilito.
Dragones en los puentes de Ljubiana. La tradición dice que cuando pasa una mujer virgen, mueve la cola.


             Fueron pasando los días, 10 concretamente, y era ya tiempo de enhebrar hacia el norte. Concretamente hacia Zagreb. En vez de alojarnos en la misma ciudad decidimos acercarnos, siguiendo los consejos de la Lonely Planet, a una vecina y coqueta población llamada Samobor. Esta zona de Croacia es muy diferente. Se abandona la costa y su vegetación mediterránea, y te introduces en una área más verde y frondosa. Las gentes también parecen algo diferentes.. En Samobor nos alojamos en uno de los hoteles más bonitos que he conocido. Una decoración tipo siglo XIX. Nos sorprendió el precio, por lo barato… (65, Breakfast included), tanto que pensé que sería por cabeza. Pero no, era el precio de la habitación. Un chollo. Eso si el hotel tenía algunas cosas del todo surrealistas.


          En nuestra habitación descubrimos que guardaban las cosas del carnaval. Pelucas y eso. Pero lo alucinante era el descontrol. Seguridad ninguna. Las llaves se quedaban, con su número de habitación en el mostrador a la vista de cualquiera. Y por supuesto no había normalmente nadie allí. Se podía entrar como Pedro por su casa. Supongo que sabrán lo que hacen. Otro día a eso casi de las 12 de la noche. Oímos como intentaban entrar en nuestra habitación. Pensamos que sería alguien que se había confundido de habitación. Era una empleada que nos preguntaba si teníamos nuestros pasaportes ¿??. Lo bueno de esto es que estaba medio dormido y eso me despertó un buen rato para poder seguir viendo (nos hicimos adictos) de una serie coreana, un triángulo amoroso, lleno de un humor escatológico, entre una ingenua campesina, un guardaespaldas y el hijo del presidente un senderista que sigue una especie de GR coreano... Mooola.


Interior de la Catedral de Ljubiana. Barroco a tope.

Y un día la pasamos la frontera.


Como podréis imaginar Eslovenia es un país verde. Muy verde. Estamos de pleno en Centroeuropa. Pero lo primero a lo que tienes que estar atento, si vas en coche, más que al paisaje es a comprarte la “vigñeta” ( 16 euros, 7días) recién entras en su territorio, que necesitas para que no te multen si circulas por las autopistas del país. En Ljubiana pasamos dos días y la verdad es que esta ciudad nos gustó mucho. Es un poco tipo Zagreb, más pequeña, creo que 250.000 habitantes, Aunque seguramente por tratarse de la capital y centro administrativo del país su vida económica y cultural es más propia de una ciudad más grande. Por lo menos tiene algunos cines en el centro. Abundan las terracitas y tiene un ambiente relajado.
        La ciudad tiene  un interesante castillo que domina la ciudad y en cuanto te sales del centro algunos parques estupendos que comunican con montes y bosques. Parece que estás fuera de la ciudad. Terracitas a gogo, cafés, cines , en fin un ciudad muy agradable.. Fuimos a ver “The Road” ( vaya peli más angustiosa) y fueron 5 euritos. El precio del cine puede servir también como índice de precios.


Lago Bohinj. Bieeeeeen se estaba..

          Las otras cuatro noches las pasamos en una pequeña población de nombre Srednja Vas, situada junto al  Parque Nacional de Triglav, en los llamados Alpes Julianos. Tenemos que decir que esta población a partir de que oscurecía, no había prácticamente nadie por la calle. A excepción del la última noche donde hubo un pequeñísimo festival folk donde estuvimos en un tris de sacados a bailar. En estas poblaciones abundan los alojamientos, pero todavía mantienen las labores agrícolas y estaban por lo que se podía ver, en plena actividad agraria y ganadera.


Hacia el Pico Vogel. Lo dejamos, se puso mucha niebla.

                 La verdad es que estos días resultaron muy agradables. Se trata de una zona propicia para relajarse después del trajín de gente de la costa croata. Eso no quiere decir que fuera realmente solitario. Se trata de una de las zonas muy visitada por los eslovenos...y era verano. La zona es realmente bonita. Nuestro pueblo estaba  al lado del lago Bohinj un lugar, cuando tiene poca gente, al que  podríamos definir perfectamente como paradisiaco. Y es que además de lo bonito de su situación, entre altas montañas, se le une la limpieza de sus aguas, que por otra parte, no están excesivamente frías. Así entre peces y patos, y mayormente en solitario, te puedes meter un refrescante baño, nadar a tus anchas en sus tranquilas aguas, tanto más después del acaloramiento de caminar o de pedalear un poco. De hecho al principio nos sorprendió que no hubiera nadie bañándose. ¿Corrientes salvajes? ¿Cocodrilos?, pero simplemente había mucha agua para tan poca gente. Todos los días caminamos algo y también un día alquilamos unas bicis (7 euros). Intentamos subir al pico Vogel, de 1900 míseros metros pero la niebla y un terreno difícil nos hizo desistir, cambiamos de dirección y completamos una bonita ruta. Otro día hicimos otra pequeña (4 horas) excursión hasta una cascada, por un terreno realmente bonito. Por cierto, no vimos ni osos ni sus supuestamente peligrosas garrapatas, pero nos topamos con una ¿ víbora?. Realmente fue Eva que tuvo, dio el salto más grande de su vida (y el grito) para evitar pisarla. Como siempre no se sabe quien se asustó más (al parecer mientras saltaba vio a la bicha sin saber muy bien que hacer,) si el humano o el ofidio. Como dicen en el mundo animal, “El pisotón de un humano puede ser mortal”.

Yo y una cascada.

               Por cierto, hay que retratarse para realizar muchas de las excursiones. Tienen establecida una cantidad (en las dos ocasiones pagamos 2 euros) por “mantenimiento de senderos”. A lo que hay que añadir el tener que coger un teleférico para quitarte algún desnivel, y si llevas coche, y casi mejor que lo lleves, todos los parking, todos, ojo, son de pago (tenemos una multa). Espero que no cojan la idea y nos cobren en Navacerrada y luego por transitar por el camino Shmidt, es un ejemplo. La zona es realmente agradable. Os lo recomiendo chicos.

Era un sitio agradable. Aguas límpísimas.

         Y al séptimo día por Eslovenia, siguiendo las recomendaciones de la Lonely Planet, nos pasamos por el castillo de Predjama sobre el cual dice la guía, " situado en la boca de una cueva es el castillo " most dramatically placed anywhere". Tampoco es para tanto, idgo yo. Nos dimos una vueltecita  y lo vimos por fuera.

        Cerca de esa zona andan unas cuevas bastante conocidas. Pero teníamos recientes la visita a las cuevas de Nerja y la de Montesinos, por lo que parecía algo repetitivo. Además no se trata de visitas baratas. Menudo negocio que tiene montado, increíble el número de coches y autobuses. Ver todo eso quita aún más las ganas.


Por los senderos del P. Nacional de Triglav.

           De nuevo en Croacia nos acercarnos a la ciudad de Porec, otra interesante ciudad costera que alberga dentro de su basílica de San Eufrasio, unos espectaculares mosaicos de origen bizantino, siglo VI . La entrada en este caso es gratuita. Aquí pasamos una noche. Por cierto en la frontera esloveno- croata intenté sobornar involuntariamente a un policía. Y es que dentro del pasaporte tenía guardado un billete de 50 euros, que fue lo que primero vio. Menos mal que tenemos cara de buenos y la situación era absurda. Me imagino que en otras circunstancias te puedes meter en un lío.


Atardecer en el lago Bohinj.

Y al día siguiente, con toda la tristeza del corazón, llegó la hora de desembarazarse de nuestro Golf automático. Habían sido 17 días juntos y yo por lo menos ya le consideraba de la familia. No obstante de buena gana le hubiera abandonado en la gasolinera más cercana, pero no había más remedio que volver de nuevo a Pula y entregarlo a sus amos, la compañía AMC (gente poco seria). Al igual que el día de recogía (Mi buen natural y el de Eva, lo achacamos a un error, un misanderstanding, un lo que sea) hubo movida para entregarlo. Y es que nos la volvieron a liar. Tras haber llamado el día anterior, y barruntando que la oficina volvería a estar cerrada, para decir que necesitábamos devolverlo a las 9 de la mañana (el horario de la oficina de de 8 a 20 horas) con objeto de coger un bus hacia Trieste, lo cierto es que a las 9 no había, como no, ni Dios nuevamente. Otra vez a tirar del teléfono y a ponerse desagradable. Finalmente apareció alguien y conseguimos abandonar de esta manera a nuestra mascota a motor, y lo que es más importante, coger el bus de las 10.30.


Foto bonita, un poco edulcorada, pero bonita.


ggg


Castillo de Predjama

     Volvimos a tierras italianas. Decidimos pasar una noche en la ciudad de Trieste que resultó ser , como no, interesante. A las consabidas ruinas romanas, inevitable catedral y demás restos viejunos, había que añadirle una preciosa plaza que nos dejó bastante alucinados. Estos italianos son la leche. Y luego de nuevo a Venecia, fin de trayecto, un buen lugar donde terminar un recorrido.
     En definitiva un viaje interesante, bastante completito. Y para dar la brasa un poco más os dejo unas pequeñas notas.
Balización de Senderos en Eslovenia

Palomas en San Marcos, Venecia. Ya hace falta ganas.


Gentes y lugares.
            De todo hay en la viña del Señor. Esto es irrebatible. Unos son más simpáticos otros menos. En general creo que la gente croata es bastante amable. Cuando necesitamos ayuda se mostraron desde luego agradables. Los eslovenos me parecieron todavía más majetes (en general) pero lo atribuyo a que se defienden mejor con el inglés. Esto de poder comunicarte mejora las relaciones. Una curiosidad es que al menos en Croacia en las gasolineras hay parejas de chicas, jóvenes y guapas que te limpian los cristales. Y también es curioso ver a chavales muy jóvenes casi niños vendiendo cosas. o regulando el tráfico. En Croacia nos sorprendieron algunas costumbres que nos recuerdan a tiempos pasados:



A saber:



Los camareros fuman y beben.
El cinturón de seguridad no se lo ponen
Los niños juegan con unas pistolacas bien grandes. Parecen casi de verdad.
Abundan aquellos ambientadores de pino de antaño para los coches
Llevan muchas camisetas a rayas
Eso si, no esperan propina


Palacio Ducal de Venecia. Bonito exterior e impresionante interior. Merecen la pena los 13 euros de la entrada.

           En cuanto a precios en general parecen más baratos que España. Cierto que en ocasiones los precios se parecen pero hay que tener en cuenta que te mueves  básicamente en ambientes turísticos. A destacar que en ambos países, por menos de2 euros te puedes meter pal cuerpo una cerveza de medio litro. Fresquita y muy buena. aahggggaaaaaaaa

          De Eslovenia y Croacia es inevitable el recuerdo a la Guerra que aquí sucedió hace pocos años y al régimen de Tito. En este último caso las comparaciones con nuestro país son fáciles de hacer. Desde luego oímos eso de “con Tito se vivía mejor”.. ¿ Democracia?. Yo lo que quiero es vivir bien. Respecto a la Guerra el recuerdo perdura


Venecia


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