domingo, 26 de julio de 2015

Soria. Julio 2015

Ermita de Nuestra Señora del Mirón 


        Huyendo de las altas temperaturas que asolan el barrio de Malasaña nos pusimos en camino, como Gabinete Caligari, a Soria. Un poco después de las 8 de la tarde del viernes entrabamos en capital celtíbera, atinando por cierto de maravilla. La localización de nuestro alojamiento, fue, hay que destacarlo una obra maestra de orientación: sin mapa y sin Gps solo utilizando la cuenta de la vieja, algo de intuición y un poco de a bulto. Un alojamiento que esta vez y sin que sirva de precedente fue todo un cuatro estrellas, el hotel Leonor Mirón. Situado en un paraje de lo más curioso y bonito. Al fondo de un paseo-parque, enfrente de una ermita realmente bonita la de Santa María del Mirón y a un par de centenares de metros del Duero. El alojamiento quitando un cierto tufillo que de vez en cuando aparecía, resultó de lo más tranquilo y cómodo.



Leonor?

Gerardo Diego 


        Rápidamente nos pusimos en marcha hacia lo viejo de Soria, nos dimos nuestro paseo habitual, primer contacto con la ciudad. Nada sorprendente, clásica pequeña ciudad castellana con ese ambiente popular y mezclado propio de estas localidades

Sobre la laguna Negra


          Al día siguiente siguiendo las instrucciones de la chica de recepción y visto el buen día que hacía y la caloret que iba a hacer en Soria nos pusimos en dirección norte, primero hasta la serrana y muy noble localidad de Vinuesa y posteriormente hasta el aparcamiento de verano habilitado para las visitas a la famosa Laguna Negra. Echamos a andar,  nos fuimos animando y finalmente nos acercamos hasta la laguna Helada en las cercanías del Pico Urbión. Vuelta a Soria, descansamos un poquito, un placer en esa tranquila habitación, y nos acercamos a una de los platos fuertes sorianos: El paseo por el Duero, un bonito recorrido por las orillas  de un rio, que con unos bonitos e históricos edificios toma gran dimensión siguiendo las peripecias vitales y poéticas de Antonio Machado. Al final nos damos casi 3 horas de pateada, visitamos las ruinas del Monasterio de San Juan de Duero con su evocador y ruinoso claustro, visitamos las antiguas ermitas de San Polo y San Saturio y finalmente nos encaramamos sobre las ruinas del antiguo castillo, (soprende la vista de una piscina en su interior) pasamos por uno de los Paradores más feos que hemos visto y finalmente bajando sin tener mucha idea para llegar hambrientos a la Plaza Mayor encontrara un hueco y cenar y tomar unas cervecitas.

En la laguna Helada

Por Urbión



Claustro de San Juan de Duero

         Al día siguiente más Duero, visitamos la Románica iglesia de Santo Domingo, pasamos por el instituto donde dio clase durante cinco años Machado, visitamos también el Museo del los poetas de Soria, (Machado, Bécquer, Gerardo Diego), en la tercera planta del Casino de Soria donde por cierto nos lo abrieron para nosotros, y allí lo vimos a nuestro aire.

 

Machado y Leonor. Omnipresentes
 
Ermita de San Saturio
 
El Duero ¿Trazando su curva de ballesta?
 
San Saturio
Soria y Eva. Eva y Soria

Las Ruinas de San Pedro del Duero al fondo y detrás del rio
Iglesia de Santo Domingo. Monumento nacional

Machado y Leonor enamorados. Corramos un tupido velo sobre los 15 años de la moza
Por la Plaza Mayor de Soria
Tumba de Leonor


Posteriormente, con Eva desfallecida nos acercamos a ver la tumba de Leonor en el cementerio y al lado vemos el famoso Olmo que sirvió de metáfora (triste metáfora) a una hipotética mejoría de salud de Leonor que finalmente nunca llegó.
 
El viejo olmo que sobrevivió al rayo. Leonor no lo consiguió
 
Piscina de Almazán. Más espacio que en las de la provincia de Madrid

 
         Tras reponer fuerza, nos acercamos al Parque del Espolón, (creo que se llama así, esta especie de parque del Retiro en versión soriana donde descansamos un poco y ya abandonamos Soria, poniendo rumbo a nuestro siguiente destino, Almazán donde directamente nos vamos a la piscina, porque con 34 grados parece lo más recomendable. Piscinita, bastante más holgada que la de Buitrago, donde nos refrescamos un poco antes de dar una pateadilla por el casco viejo de Almazán, donde en su Plaza Mayor cenamos y ponemos definitivo rumbo dando por concluido el fin de semana que ha dado para mucho.
Iglesia de San Miguel. Almazán
Puerta de la amurallada Almazan
En lo alto de Almazán

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