El río Duero
Aunque los
Arribes del Duero sea supuestamente una comarca poco conocida y de la que se dice se mantiene
anclada en el pasado, lo cierto es que resulta bien fácil desenvolverse por sus
tierras. Todo está bien señalizado, mejor que en muchos lugares, estoy pensando
mismamente en la Sierra de Guadarrama y tiene suficientes atractivos como para dar para unos cuantos días de visita. En nuestro caso estuvimos día y medio, pero creo que lo aprovechamos bastante bien, suprimiendo siestas y apurando mañanas y tarde.
A eso de las
12.30 llegábamos a nuestro primer destino la localidad de Aldeadavila que creo
que junto con Fermoselle, ya en tierras zamoranas, son las principales
poblaciones de esta zona bastante despoblado. Aldeadavila resulta por su situación muy conveniente como punto de
partida. Muy cerca de esta localidad se encuentran dos de los lugares-actividades más conocidos y
realizadas/respecivaente de estas tierras fronterizas. Por un lado el salto de agua, conocido
como Pozo de los humos al que se puede acceder tras un empinado paseíllo y que
resulta bastante espectacular y eso que nosotros, a 15 de mayo ya lo vimos un
poco agotado de agua. Pero aún asi resulta muy recomendable. La segunda
actividad se encuentra en la conocida como Playa del Rostro, donde parte el
barquito chiquitito que durante hora y media, 22 kilómetros de plácida
navegación, y que recorre el cañón del Duero, separando las tierras portuguesas de
las españolas. Son 16 eurazos y es una turistada en toda regla, pero lo cierto
es que resulta recomendable tanto por la evidente belleza del lugar como porque al menos en nuestro viaje, la guía (es una visita comentada durante al
menos la mitad del trayecto) nos estuvo contando y enseñando puntos de interés,
desde nidos de águila real, historias de viejos cabreros, de contrabandistas, de
especies autóctonas y que nos dio la posibilidad de ver un buen número de buitres, un jabalí
muerto, una cabra asilvestrada y lo más destacable el vuelo de todo, una cigüeña
negra, una rareza y un alimoche, algo menos raro.
Y así se nos
fue pasando el día, entre barquitos, cascadas y miradores. El Duero por aquí el
Duero por allá en todo caso un paisaje espectacular con un caños que llega a
los 400 metros de altura a lo que hay que sumar lo agradable del clima, un mayo
mayeando en su mejor versión.
Finalmente y a
eso de las 21.30 pasadas llegamos a nuestro alojamiento, Posada El Brasilero en
la localidad ribereña de Saucelle. Lugar cómodo y muy recomendable. Creo que
fue un acierto llegarnos a aquí. Al día siguiente, el sábado comenzamos como,
no acercándonos, como no, a otro mirador, este sobre el rio Huebra con vistas
igualmente, o más, espectaculares. Posteriormente nos acercamos al Salto de
Saucelle, a destacar el bonito bosquete de alcornoques. Y de ahí por una
carretera mala y solitaria pero realmente bonita nos acercamos hasta la
localidad de Lumbrales donde nos esperaban los restos de un castro Vetón
(posteriormente ocupado por los romanos). Se trata del yacimiento de las Merchanas.
Desde aquí
fuimos abandonando las cercanía de los Arribes (palabra que al parecer viene a
significar “cañón”) para adentrarnos en nuestro camino hasta Ciudad Rodrigo por
paisaje adehesado típico de estas tierras salmantinas. De camino paramos en el
yacimiento de Siega Verde, donde justamente en tres cuartos de hora se iniciaba
una visita guiada a las pinturas, mejor dicho, grabados rupestres de este lugar
que por cierto tiene la consideración de patrimonio de la humanidad.
Tras terminar
la visita que nos dio para observar unos cuantos caballos, uros y ciervos
grabados de forma tosca nos dirigimos ya definitivamente a nuestro próximo
destino la localidad de Ciudad Rodrigo.
En Ciudad
Rodrigo nos alojamos en el hotel Los Arcos muy bien situado a 200 metros de la
catedral, intramuros, aunque hay que decir que aquí todo está cerca. Ciudad
Rodrigo es pequeña y no parece vivir mucha gente. Calles solitarias y poca
gente, salvo en la Plaza Mayor.
Y en ciudad
Rodrigo, pateada habitual y visita guiada, 6 euros, dando un repaso a esta
provinciana (en el buen sentido) localidad, cabeza de comarca y refugio de
nobles que han dejado huella de su presencia en la monumentalidad de sus
edificios a los que hay que sumar su catedral, mantiene obispado, y sus
murallas con sus correspondiente puertas y fosos.
Interesante
desde luego
Pozo de los Humos
Eva Mª
El famoso barquito
Ahí tenemos al Duero bien encajonado
Alcornoques grandes
Más vistas
Un berraco en el el castro de las Merchanas en Lumbrales
Muros del castro
Guia afanado en enseñar los grabados (Siega Verde)
Yacimiento de Siega Verde
Grabados
Pa mear y no echar gota. Esto lo encontramos en nuestra habitación del alojamiento en Ciudad Rodrigo
La muy noble y leal Ciudad Rodrigo
Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo
Plaza Mayor
Caminando sobre las murallas de la ciudad
Patio en uno de los muchos palacios de Ciudad Rodrigo
Palacio
Catedral al fondo
Otro berraco
Atravesando la Muralla de Ciudad Rodrigo. Buena anchura.
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