jueves, 3 de enero de 2013

Cuellar. Diciembre 2012

Castillo de Cuellar
 

             Este pasado puente de diciembre y  descartado un viaje más largo, decidimos acercarnos a Cuellar, población situada en plena tierra de pinares,  una comarca entre Segovia y Valladolid, llena de pueblos con historia (Iscar, Peñafiel, Olmedo, Cuellar, etc), muy convenientes todos ellos ahora que la serie televisiva Isabel ha puesto de moda aquellos tardo-medievales años. Justamente la principal atracción monumental cuellarana, el castillo de los duques de Alburquerque, resulta que fue construido por el primero de esos duques, el famoso don Beltrán de la Cueva, supuesto padre de la también famosa Juana la Beltraneja.

             Total, que reservarnos una nochecita  en hotel restaurante Florida en las afueras de Cuellar, un establecimiento muy bien puesto y con una buena relación calidad precio. La noche nos salió por 55 euros que fueron 60 con el desayuno.
 

Senda de los pescadores
 
           Pero nuestro primer día no empezó ni en el hotel ni en el pueblo de Cuellar si no en la llamada Senda de los Pescadores, una ruta excursionista balizada junto al rio Cega que tiene la particularidad de albergar vegetación relicta como son los abedules (los vimos) y los pinos silvestres (no los vimos), especies realmente extrañas en plena meseta y que normalmente aparecen por estas latitudes en las zonas montañosas. Fueron dos horas de paseo solitario ya que no nos encontramos con nadie ni a la ida ni a la vuelta. Hay que decir que la ruta es muy agradable aunque tal vez no sea el momento más espectacular de este bosque de ribera ya que en las fechas en que fuimos (8 diciembre) los arboles caducifolios ya había perdido sus hojas. Habrá que volver en otra ocasión. También hay que decir sobre este sendero que resultó por momentos algo resbaloso como pude comprobar yo mismo con una buena culada que todavía siento en mi cadera izquierda.

Castillo de Cuellar
 
 
          Después de la dutita, nos acercamos a comer algo a Cuellar y dar una pequeña vuelta. Hay que decir que nos fuimos hacia la zona de la Plaza mayor y que este primer contacto con Cuellar resultó un poco decepcionante. Primeramente por que a diferencia de otras plazas mayores esta, que me perdonen los cuellaranos, no es la más bonita que hemos visto y luego por que estaba todo más que matao y nos resultó difícil encontrar a esas horas, no eran todavía las 3 de la tarde, un sitio abierto que no estuviera vacío. Tras checkear en el hotel y darle al cuerpo el reposo correspondiente nos pusimos en marcha con idea de visitar la ciudad. Ya por la tarde nos dirigimos hacia la oficina de empleo donde nos aclararon algunas ideas. Entre ellas que a esas horas tardías todo estaba cerrado y más que cerrado.

Interior del castillo
 
           Eso si, hay que decir que menos mal que había un conciertillo de folk programado, (Juglares y Romances se llamaba) por que poco parece que hay que hacer en invierno a esas horas con el frio cuellarano y la oscuridad de diciembre. Si, estuvimos pateando por las calles más de una hora, todo estaba cerrado. Pero finalmente nos acercamos a la actuación. Quedan entradas pregunté… y las chicas se partían de risa… Y eso que valía 2 euros ( a los socios de no se que , 0.50 euros, unos precio anticrisis desde luego). Si, y en un bonito mini auditorio nos juntamos unas 20 personas de todo tipo para ver el concierto que por cierto nos encantó. Un grupito de cuatro en el que había un rostro conocido. Todo un exCeltas Cortos.

          Tras el concierto, eran las 10 pasadas, hora de cenar, lo que se convirtió en toda una odisea encontrar algún sitio. Parecía que tenían las tapas contadas por que no se podía comer nada. Ante la posibilidad de volvernos en ayunas nos cambiamos de zona y por fin encontramos algún sitio para tapear algo, daba igual que estuvieramos aplastados contra una barra. Pero bueno al final cenamos y nos tomamos unas cervezas sin alcohol posteriormente. Yo me debí de tomar 4 o 5, mi record en esa variedad cervecera.

Vistas del caserio
 
Día siguiente.

           A la mañana siguiente teníamos previsto acercarnos al castillo, la principal atracción turística monumental de la localidad ( la principal atracción de Cuellar yo creo que son sus encierros considerados los más viejos documentados del pais). Lo cierto es que el castillo está muy bien conservado, es realmente espectacular, mitad castillo mitad palacio renacentista situado en un altozano que ofrece, como sucece como todos los castilllos, inmejorables vistas. Además al parecer han rehabilitado ultimamente las cercanas murallas con lo que todo el conjunto resulta muy recomendable. Además se realizan una visitas teatralizadas que siempre animan el cotarro. Para completar la oferta cultural en una iglesia contigua al castillo tienen lo que llaman centro de interpretación del arte Mudéjar que resulta también muy curioso. Murallas, visita teatralizada al castillo y centro de interpretación salen por 7 euros y medio, más barato que el cine y facilmente te van 3 o 4 horas en todo esto. Por cierto, la visita teatralizada es podríamos decir que interactiva y buena parte de los visitantes acaban interviniendo de una manera u otra.
          
         Después de la visita al castillo nos fuimos a comer muy bien por cierto, no me acuerdo del nombre del lugar pero estaba en una calle algo apartada pero muy cerca del castillo. Y ya no nos quedaba si no visitar la ultima joya cuellarana, la iglesia de San Esteban, Mudéjar igualmente , declarada Monumento Nacional, por los curiosos sepulcros que alberga donde se mezcla el gótico con el mudéjar. Curiosa combinación desde luego. Y eso fue todo, agarramos nuestro coche y pusimos rumbo a Madrid dando por finalizado un par de días muy apañaditos.

Lo mejor. La visita y el hotel, sin olvidar el tranquilo paseo por la Senda de los pescadores.
Lo peor. Lo que nos costó cenar, menos mal que nos avituallamos algo por la tarde.

 
hospital

Puerta recinto amurallado



Plaza Mayor de Cuellar.



Murallas

No mezclar con merino



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