miércoles, 3 de agosto de 2011

Ordesa-Bujaruelo

Empezamos a caminar

Pirineos a mi¡¡

          A la virgen de Lourdes le prometí hace tiempo no dejar de pasar unos días en Pirineos cada año. Y no puedo faltar a mi palabra con tan altas instancias. Así que me plantee delante de Eva y muy seriamente la dije. Eva Mª tenemos que ir a Pirineos. Vale, venga, ala. Y eso. También es cierto que la presencia de unos cuantos sendistas por allí nos puso los dientes largos. Total sea la razón que fuera nos plantamos allí para estar dos diás y medio. El alojamiento, un lujosísimo alojamiento rural en Oto, el Mirador, 45 euros habitación doble. La verdad es que estaba bien, es sencillo, y creo que la relación calidad precio es muy buena. Las habitaciones son amplias, sencillas, silenciosas y limpias. Tan limpias que  hasta nos dejaron un limpiacristales en el baño. Eso si, a ver si cambian la tele que es de las de 14 pulgadas, como mucho. Ya que me pongo a hablar de otras cosas recomendar una Pizzeria bastante grande y amplia que esta.
Valle en un dia plomizo

La verdad es que para un castellano acostumbrado a las redondeadas formas y humildes alturas  de la sierra de Guadarrama aquello es alucinante. Eso si, tanto barranco y valle a veces agobia, debo de ser algo claustrofóbico. Las llanuras castellanas con su luz y pequeñas lomitas no me parecen menos bellas.

Es bonito¡¡¡

En cuanto a la rutas debido al pésimo estado de mi tobillo (esguinzado) se tuvieron que limitar a tranquilos paseos por pista. A Bujaruelo, punto de partida de muchas rutas,  se accede cogiendo una pista justamente en el punto en que se entra en el Parque Nacional de Ordesa. La pista tendrá hasta San Nicolas de Bujaruelo, antigua ermita, viejo puente,  refugio guardado y camping,  serán unos 20 minutos de pista más que potable, incluso para un utilitario como el mio.
Mirando al frente

Vistas pireanicas

Filetitos de ternera.

Pa quí o pa ya.

          Y que decir de las rutas. Hicimos dos, En una nos adentramos en el Valle de Otal hasta un refugio. El día estuvo algo plomizo. Es una ruta sencilla apta para niños y bastante transitada. Creo que en menos de dos horas has llegado, pero como íbamos bastante despacio me es difícil calcular los tiempos. Eso si, tal vez vieramos un Quebrantahuesos. Dificil reconerlo por la distancia pero al menos estuvimos observando a la rapaz que fuera o fuese, con primáticos eh,  durante creo que más 15 minutos de forma intermitente (Iba y venía, el pájaro estaba a sus cosas).

Serbal


Puente sobre el rio Ara

Eva y un chorro.

Un paraguas nunca debe de faltar a un ochomilista.

Vamos ya de vuelta.


La sorpresa vino al final de la ruta, tras aparcar en Torla nos encontramos como iban metiendo en un cercado a un montón de vacas. Se ve que las traían de algún lado para subirlas seguramente a los pastos de verano. De hecho en el valle de Otal estaba lleno de ellas y ellos, por que al menos vimos cuatro toretes. Embobados estabamos en las maniobras ganaderas, cuando vimos aparecer un perfil conocido. Se trataba del del Juanito. Y es que allí nos encontramos no uno si no hasta dos coches llenos de sendistas con los que compartimos la cena del día (no recuerdo el nombre del restaurante pero estuvo bien) y también parte de la duta del dia siguiente. Y es que para el día siguiente la excursión prevista nos adentrabamos en el valle del rio Ará: Espectaculares barrancos, espectaculares bosques y espectaculares vistas. Además el día amaneció algo más potable que el anterior. Eso si me volví a torcer mi maltrecho tobillo lo que estuvo a punto de dar al traste la ruta. Pero bueno la verdad es que nos volvió a gustar lo que vimos.


Montañeros

Nenazas

Entonando el himno a los Pirineos.

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