Vistas desde el circo de Troumouse.
Tras unos cuantos veranos de
clásico viaje en avión y alquiler de coche este año el destino era La France,
oh la la. Accesible fácilmente en coche propio, incluido un humilde C3 de baja
cilindrada.
El coche funcionó y a eso de las
3 de la tarde del sábado atravesábamos la frontera por el Portalet, puertecito
que nos iba a llevar desde la zona de Biescas a la de Gavarnie, a nuestro alojamiento
en Luz Saint Sauveur, localidad
pirenaica, bastante tranquila y sobre todo bien situada para las actividades
previstas en los días venideros. A mencionar por cierto la iglesia-fortaleza templaría,
que no lo es por cierto, en medio del pueblo, un edificio de lo más curioso y
que recuerda el paso de la historia por la zona, con los caballeros
hospitalarios, con el camino de Santiago cercano y con el recuerdo de los
bandoleros aragoneses conocidos como los ¿Migueletes?. Allí en el hotelito “les
Templiers” nos asentamos por cuatro noches, en un entorno tranquilo donde
predominaban las vestimentas de montañismo y los hombres con barras de pan.
El Glaciar del Vignemale
Entrada al puerto de La Rochelle.
PIRINEOS.
Cuatro días completos teníamos
para patear la zona que al final se quedaron en tres por motivos meteorológicos
con anécdota incluida.
Como no, nos acercamos un día al
archiconocido Circo de Gavarnie, uno de los lugares más famosos de toda la
cordillera y que obviamente está bastante transitado. No obstante previendo
este asunto, madrugamos bastante, como el resto de días, y tras comprar como
los buenos franceses nuestra baguete iniciamos la caminata sin mucha gente. La
cosa cambió a la vuelta con un espectáculo digno de los lagos de Covadonga con
centenares de personas vagado por la zona. Afortunadamente completamos una
circular gracias a la curiosidad de vamos a ver que hay, vamos a ver que hay y
dimos con un sendero mucho menos transitado y mucho más interesante. Otro día nos
acercamos al gigantesco circo de Troumouse, espectacular y un tercero nos
llegamos hasta el pie del glaciar del Vignemale en una caminata de duración
nada desdeñable y que va subiendo por escalones de lagos (Gaubé), circos y
cascadas. Espectaculares rutas las tres y muy buenos soleados días.
Sobre la duna de Pilat. Bastante impresionante
En la Isla de Re. Paraiso ciclista
Hubo un cuarto día que amaneció
lloviendo. A la espera de que tal vez mejorara durante el día, nos acercamos a
visitar Lourdes, lugar donde pasamos una noche. En el camino a Lourdes por la
carretera un misterioso traqueteo se oía desde la rueda trasera. Paramos ya en
Lourdes y el traqueteo venia de un clavo metido dentro de la rueda. Los
momentos siguientes son dignos del programa Cuarto Milenio. Llamada a la Mutua,
la Mutua, una máquina, nos dice que pulsemos tal tecla, la mutua dice que se
pone un agente, y ese agente es Beatriz desde Málaga o Estepona que ya no sé.
Tras aclararme Beatriz que no trabaja en la Mutua si no que sigue con sus cosas
de la Biología, finalmente encontramos un taller que amablemente y por 22 euros
rápidamente nos arregla el pinchazo.
Asunto solventado, pero el día continua lluvioso y nos quedamos por la ciudad
de los milagros, visitamos su castillo y museo de la ciudad. Finalmente y a última
hora intento de subida al Tourmalet, niebla, vuelta y bonito paseo en un pueblo
con los avellanos más grandes que hemos visto.
Vistas desde el faro
Iglesia-fortaleza templaria, que no lo es, en Luz Saint Sauveur
Ahí tenemos la famosa cascada del circo de Gavarnie
Fin de nuestra fase pirenaica. Lástima
no tener más días y conocer más valles, collados y refugios y cumbres.
Burdeos y la cuenca del Rio Charente.
Tras una noche de transición en
Lourdes, muy barato alojamiento, curioso el ambiente religioso de lo más
variopinto y visita al desfile de velas que todos los días hay a las 9 de
noche, al día siguiente, a mencionar la concentración de gitanos franceses en
peregrinación a Lourdes, pusimos rumbo al interior de Francia donde íbamos a
pasar una noche en Burdeos y dos en Cögnac en la bonita comarca del rio Charente.
Burdeos va a ser nuestro único
contacto con una ciudad grande, sin ser gigantesca. Ambiente muy diferente al
de los pirineos. Multirracial entendemos que se parece más a la Francia urbana.
Ambiente tranquilo, veraniego, solo interrumpido por in incidente entre indigentes
y sus perros indigentes también. La ciudad de Burdeos está atravesada por el
gigantesco rio Garona al que hemos visto mucho más limpio y ligero corretear
por el valle de Arán donde nace. Por Burdeos pateada por la ciudad donde
destaca el casco viejo muy bien conservado, con unas espectaculares puertas
medievales y una bonita catedral. También a destacar su Burdeos rio, como el
madrileño pero con bastante más agua. Como mil veces más seguramente.
Neveros el circo de Gavarnie
Eva anodada
Lourdes, Mucha fe aqui.
Tras las 24 horas en Burdeos
continuamos nuestro viaje en dirección norte donde nos esperan dos noches en la
ciudad de Cognac. Hemos pasado en un pis pas del vino famoso al licor famoso,
eso si compartiendo viñedos. En Cogñac, alojamiento en la Patisifiore gran
alojamiento y gran precio un poco alejado del centro pero se puede aparcar. Por
cierto, Francia parece un país muy bien organizado.
Cognac aparenta ser una ciudad
apacible, como lo es el rio que lo atraviesa, un rio que no hace ruido,
agradable y que da nombre a una igualmente interesante y apacible comarca.
Castillos como el de Cognac donde nació el rey Francisco I que fue derrotado,
VIVA ESPAÑA, VIVA¡¡, por Carlos I y retenido durante unos meses en algún lugar
de la corte en Madrid. La ciudad tiene un casco viejo medieval bonito con
algunas casas muy antiguas y en los alrededores aparecen los principales
productores del coñac bebida un poco viejuno, eso del café, copa y puro. En los
alrededores visitamos algunos pequeños pueblos con restos históricos, iglesias
románicas e incluso algún viejo acueducto romano.
A destacar las localidades de
Saintes con restos romanos y vieja catedral y Roquefort, fortificada población,
ambas en la orilla del rio Charente.
Hacia allí que vamos
En el lago de
Lourdes o Las Vegas
El mar: La Rochelle y Archachón
Espectacular y muy animada ciudad portuaria donde se
junta el poderío militar y comercial francés, con un aire medieval muy
interesante. Aquí pasamos tres noches. A destacar en las cercanías la isla de
Re, curioso lugar. Antigua isla que hace unos años fue conectada con el
continente mediante un puente de 3 kilómetros y 16 euros de peaje. La isla de
Re, nos gustó mucho, paraíso para las bicis y pintorescas localidades. A
destacar San Martín de Ré, ciudad-pueblo muy bonito donde alquilamos unas bicis
que nos entretuvieron durante la mañana. Isla llana, con bonitas vistas y
curiosos cultivos como el de la uva y también el de sal. Por cierto, aquí
tuvimos nuestro contacto con las ostras tan famosas por aquí, y nos pudimos
bañar en unas templadas aguas atlánticas. También no podemos olvidar las
tremendas mareas que por aquí se deben de dar que junto a lo llano del terreno
hace que sea posible andar sobre el agua como Jesucristo. Mejor dicho, puedes
adentrarte 300 metros y el agua te sigue llegando a la rodilla
Burdeos, ciudad bonita, historica, con un Garona XXL y estas chorreras.
Circo galo-romano en Saintes, estamos en el pais de Obelix y Julio Cesar.
,
Cognac. No se muy bien el valor de esta foto
El rio Charente. Da nombre a una comarca rural de aire muy tranquilo, como el rio.
De la zona de las Rochelle, muy
famosa, unos cien kilómetros para abajo no llegamos a otra zona no menos
famosa. La bahía de Arcachon.
Aquí íbamos a pasar tres noches
en la vecina localidad de Guján-Mestras. Aparte de los clásicos paseos más o
menos costeros y visitas a los pueblos un día alquilamos una bici para
acercarnos al Lac de Cazeux un laguito en la parte norte de las Landas. El
paseo ciclista fue de todo el día, lo aprovechamos bien pero el recorrido nos
gustó menos que la muy bonita isla de Re. A mencionar que por aquí pasan lo que
llaman la Velo autopista, es decir, un carril bici que conecta toda la costa
francesa por bici de norte a sur. Ç
Y ya no nos quedaba más que
volver a España previa parada en Bayona, preciosa ciudad vasco-francesa que nos
sorprendió positivamente. Previamente de camino recorrido por el interior de la
landas, famosa comarca condicionada por sus cenagales al parecer y que fue
repoblada forestalmente en un proyecto del no menos famoso Napoleón III. A
destacar en esta zona la arquitectura tradicional, de aspecto bastante pobre
como debía de ser antiguamente esta comarca y la presencia de Plazas de toros
en los pueblos. Muy agradable fue la visita a una antigua mina reconvertida en
lago en uno de esos ejemplos de recuperación del medio ambiente y que debe de
haberse convertido en lugar de peregrinaje de muchas aves en sus traslados
estacionales.
De Bayona insistir en lo bonito
de su casco antiguo, con mucho sabor, espectacular catedral, bonitos castillos,
diversas fortificaciones y todo ello con el paso de dos ríos de notable tamaño.
Lugar muy recomendable este donde al parecer les sigue gustando mucho los toros
ya que la presencia de anuncios de corridas era constante. Y finalmente nos
acercamos a Biarritz donde tuvimos el último contacto con el mar francés y para
casa.
Restos de un curioso acueducto romano
Rochefort. Un aranjuez a la francesa. Puerto militar junto al rio Charente ya en cerca de su desembocadura
La muy bella Rochelle.
Paisaje Atlántico
Duna de Pilat, again
En bici cerca de la bahia de Arcachon
Casas tipicas de las Landas
Nos sorpendió el ambiente taurino en Bayona.
Puertos míticos por Gavarnie y cercanias, Tourmalet, Aubisque, Aspín
Bayona y Eva
Biarritz