Catedral de Murcia. Principal monumento de la ciudad
Murcia, ciudad
y provincia, ha sido esta vez nuestro destino de Semana Santa. En la capital de
la provincia y CCAA nos plantamos el
miércoles a eso de la una y media en el hotel Churra donde íbamos a pasar las
tres siguientes noches. La cuarta sería en la localidad de Lorca.
El hotel Churra
resultó estar muy bien situado, habitación amplia y cómoda y buena relación
calidad -precio especialmente si hablamos de Semana Santa. Personal amable,
pero no podía faltar la anécdota, cuando el novato, digo yo, recepcionista no
nos supo aclarar cómo llegar al centro. Y eso que estábamos a 10 minutos
(emoticono sorpresa).
Mar Menor. Lo Pagán. Buena caminata por el largo espigón. Ballenas no verás por aquí.
En fin, con el mapa nos acercamos al centro y
rápidamente buscamos un lugar donde comer. Concretamente acabamos sentados en
una terraza de la Plaza de las flores, uno de los sitios típicos y que creo que
resultó el menos interesante de los bares en los que comimos
Lo primero que
hay que decir es que rápidamente te acostumbras al idioma de la tierra, aunque
a Eva le costó un poquito más. El murciano es bastante parecido en general al
castellano pero acortando las silabas y comiéndose alguna consonante.
(emoticono guiñando el ojo)
Interior del Casino de Murcial. Monumento histórico artístico.
Semana Santa murciana. Procesión de los Salcillos
Tras la siestecilla
nos ponemos a hacer un poco de turisteo y nos hacemos un poco a la idea de la
ciudad. Murcia a pesar de su tamaño tiene una zona histórica no muy grande, no
parece especialmente turística, por ejemplo si lo comparamos con Málaga,
llenísima de bares y guiris. En todo caso nuestro recorrido está muy
condicionado por los pasos de la semana Santa, de bastante enjundia por cierto.
El jueves y
visto la previsión meteorológica nos dirigimos al mar más cercano, concretamente
en este caso la zona del Mar Menor y pasamos la mañana en Lo Pagán, en las
cercanías de San Pedro de Pinatar. Por allí damos una pateadilla por la zona de
los baños de barros y continuamos por el espigón, rodeados de una apacible y
tranquilo Mar Menor. Comemos una buena fritura de pescado y nos volvemos a
Murcia para continuar con la Semana Santa e intentar ver alguna cosilla.
Murcia quizá no
sea la ciudad más espectacular de España, tiene un casco antiguo, un centro histórico
bonito, con muchas placitas, recodos y como edificio principal está su catedral
en la que destacan su barroca portada, realmente espectacular, la torre de
enormes dimensiones, la segunda más alta de España, tras la Giralda sevillana,
según dicen y en cuanto a su interior lo
más destacable es la capilla de los Vélez declarado monumento nacional. Junto a
la Catedral está la plaza del Cardenal Belluga, que alberga el espectacular
palacio Episcopal y un feíllo edificio moderno de Moneo. Más semana Santa, más
tapitas y hasta mañana.
Viejo Palacio Episcopal de Murcia
Capilla de los Vélez dentro de la Catedral de Murcia
Torre de vigilancia en la bahia de Cope
Vista de toda la costa sin urbanizar en la bahía de Cope.
El viernes es
el día que teníamos dedicado a realizar las visitas interiores por la ciudad
pero lamentablemente parece que la Semana Santa trastoca los horarios. Por
ejemplo no podemos subir a la torre de la Catedral, tampoco podemos visitar el
museo Ramón Gaya. El museo Salcillo también está chapado ya que sus imágenes, o
al menos parte de ellas posesionan por las calles de Murcia justamente este
viernes. El museo hidráulico también esta chapado, etc. En todo caso tenemos
las procesiones por todos los lados y acabamos visitando el número 2 de las
visitas murcianas, su Casino, declarado también monumento histórico artístico o
similar. También visitamos los restos de la muralla en un centro de
interpretación que me parece excesivo para lo que alberga su interior y más si
lo comparamos con muchas otras poblaciones españolas.
Resumiendo.
Murcia es una ciudad bonita, se habla en murciano, se come muy bien y es
agradable. Pero nos quedamos con el resquemor de no haber podido realizar
algunas de las visitas que hubieran molado.
Casco histórico de Lorca
Iglesia en Lorca
El sábado
abandonamos nuestro hotel churra y nos dirigimos hacia la bahía de Cope entre
Mazarrón y Águilas, termino municipal curiosamente de Lorca (30 kilómetros en
el interior) y por allí nos damos un paseíllo hasta el cabo Cope.
Posteriormente y siguiendo la instrucciones de Andrés Campos visitamos esta
zona virgen y sin explotar turísticamente para acabar dándonos un baño en una
pequeña cala. Eso si, será virgen pero había algunas de las pequeñas y salvajes
playas convertidas en macrodiscotecas y campamento. En todo caso nos recordó
esta zona un poquito a Cabo de Gata.
Posteriormente
nos fuimos a dar una vuelta por la cercana población de Águilas y a eso de las
6 nos fuimos para Lorca, donde nos esperaba nuestro último alojamiento, el
hotel spa jardines de Lorca un cuatro estrellas en el que lamentablemente
pasamos poco tiempo.
En Lorca pasamos
casi las 24 horas siguientes. La ciudad murciana, teníamos ganas de visitarlas
parte por ver como ha quedado después de aquel terremoto que tan fuertemente se
sintió aquí, como por albergar buenos monumentos como ciudad de importancia
desde hace muchos años.
Semana Santa Lorquina. No vimos mucho la verdad
Dentro del Castillo de Lorca
Vistas desde el Castillo de Lorca
El centro
histórico de Lorca resulta interesante con tres calles casi paralelas que
conforman, Corredera, Juan Carlos I y Gisbert, creo recordar que albergan buena
parte de los monumentos más interesantes, y que tiene ese aire agradable de las
calles mayores españolas. Interesante es la Plaza de España, que junto con la
adosada plaza del Caño albergan igualmente otros buenos ejemplos de la arquitectura
histórica local destacando la ex colegiata de San Patricio, patrón de Irlanda,
pero que aquí con menos lluvia y mejor tiempo (salvo en el tórrido verano)
también tiene su devoción. Y todo este centro coronado por su castillo conocido
tal vez por puro marketing como la fortaleza del sol, igualmente interesante,
muy especialmente desde que se ha descubierto y excavado los restos del barrio
judío que en estas alturas se encontraba, destacando la visita a una amplia
sinagoga. En todo caso, visto en perspectiva, algo caro los 13 euros, cuando
monumentos como la Alhambra de más enjundia tienen precios algo más elevados.
A destacar,
como no el tapeo, por los bares de la ciudad, destacando sin duda las tapitas
del segoviano.
Restos del bario judío junto al castillo de Lorca
Interior de lo que fue la Sinagoga lorquina
Antiguo Posito en Lorca
Por Lorca
