martes, 12 de noviembre de 2013

Cádiz. Octubre 2013

Sorprendente exposición de rapaces
 
        Una semana de vacaciones, dos cuarentañeros y un C3. Destino la provincia de Cádiz, pisha. Tras darle vueltas a la cosa durante algunos días al final decidimos repartir nuestro tiempo de la siguiente guisa:
       Dos días Arcos de la Frontera, dos días Cadi, y dos días Jerez. La verdad es que sonaba bien.
 
En Arcos
 
 
Nos vamos para Arcos de la Frontera.

           A eso de las 9 de la mañana y con mucha moral pusimos rumbo hacia nuestro destino. Comentar para quien le interese que en nuestro modesto utilitario el viaje fue de unas 7 horas, incluyendo paradas y la comida correspondiente. Total, a eso de las 4 y media aparcábamos en Arcos, a los pies de su viejo y estrecho casco histórico. Un lugar recomendado para dejar el coche dada la estrechez de las calles en esta zona y la escasez de plazas de parking. Desde allí unos quince minutos andando en busca de nuestro alojamiento y un primer vistazo a la localidad. Finalmente llegamos al hostal pensión el Patio, perfectamente situado, muy bien atendido y a un precio muy interesante, temporada baja, 70 euros, por dos noches con sus correspondientes desayunos. Nos gustó,  con una amplia habitación con vistas al pantano, a parte de la localidad y en la lontananza la sierra de Grazalema. Esa tarde noche nos dio para pasear un poco por sus estrechas calles, disfrutar de las vistas y empezar a ver cosas curiosas como por ejemplo la exposición de rapaces que tenía lugar en medio de la plaza y frente al ayuntamiento. Lo digo por que parecía algo así espontáneo, unas 8 rapaces a cada cual más bonita, posadas en una barra para solaz del visitante, como nosotros y que puedes hacerte fotos, tocarlas y observarlas a cambio de la voluntad. Curioso, algún defensor de los animales a lo mejor pondría el grito en el cielo, pero en todo caso espectacular.


Arcos de la Frontera
 
            La localidad de Arcos está situada sobre un alargado promontorio y resulta desde luego además de bella, interesante. Ciertamente su zona histórica no es de gran extensión pero alberga un buen puñado de edificios interesantes, una interesante disposición en sus calles y  rinconcitos que ofrecen unas buenas vistas. Realmente se puede visitar en unas horas, pero creo que merece la pena la estancia ya sea para conocerla un poco mejor y también como punto de partida a otros lugares como la vecina sierra de Grazalema. Los edificios principales son su castillo, de propiedad privada, por lo que no se puede visitar por dentro, unos cuantos edificios civiles y religiosos y muy especialmente sus dos iglesias principales, Santa María de la Asunción y San Pedro que con sus correspondientes parroquias y parroquianos han mantenido al parecer una larga rivalidad por ver cual de las dos es la más importante.
 
Visita teatralizada en Arcos. Intento de la toma del castillo

Antonio el bailarín y la marquesa de Villaverde
 
          En todo caso tuvimos la suerte de que celebraban del día del turismo lo que nos permitió acceder gratuitamente a todos los edificios históricos con un amplio horario, hasta las 12, asistir a una visita teatralizada que nos gustó mucho y también a un concierto en una plazita. Vamos que estuvimos entretenidos.

 
         Arcos es además un buen lugar para adentrarse en la sierra de Grazalema. Eso es lo que hicimos el siguiente día, un soleado día unos parajes que nos recuerdan por su cercanía en el tiempo y también geográfica a la vecina sierra de Ronda que visitamos hace unos 6 meses. Comimos en el pueblo de Grazalema localidad famosa por ser una de las más lluviosas de la península. También  nos dejamos caer por Ubrique famosa por el torero (y su familia) y por ser un centro importante de la marroquinería patria.
 

Por la sierra de Grazalema
 
En conclusión, buen tiempo, lugares interesantes, cosas que hacer y bueno que se está tranquilito por aquí.

Nos vamos para Cádiz

Así que llegó el momento de largarnos hacia nuestro siguiente destino, Cádiz, localidad a la que tenía, yo personalmente,  muchas ganas. Para llegarnos a la tacita de plata,  decidimos dar algún rodeo visitando las localidades de Medina Sidonia y Vejer de la Frontera,  que no dejan de ser otros pueblos grandes andaluces,  bien bonitos y  bien conservados.

A eso de las 5 llegamos a la ciudad de Cadiz y tras un caótico entrada con el coche conseguimos alcanzar nuestro apartamento turístico en el centro de Cadiz en el que íbamos a pasar las dos siguientes noches.


Medina Sidonia

Hábito o Burka. Vejer de la Frontera

Por Véjer de la Frontera
 
        Cádiz nos gustó mucho. Una ciudad muy agradable, plana, fácil de caminar y muy particular. Lo primero que te das cuenta es que excepto en el habla de la gente no parece que estés en Andalucía. Más bien por momentos parece una ciudad del norte, ¿Vitoria? Y su arquitectura monumental nos habla de un estilo colonial que resulta también muy particular

      La capital gaditana, una vez te has situado un poco con un mapa, es una ciudad que lo tiene todo para patearla. Plana, sin cuestas, con una distribución de las calles a la que rápidamente coges el truquillo, tranquila, sin apenas coches ¡¡ como se nos ocurrió meternos por allí y sin tener ni idea¡¡ y acompañada con una buena cantidad de edificios interesantes. Además de su riqueza monumental lo cierto es que tiene un buen número de plazitas en las que poder sentarte a comer o tomar algo. Y para colmo al tratarse de una cuasi isla rodearla es un placer con la presencia del mar. Entre los monumentos que más nos gustaron fueron la catedral, el Oratorio de San Felipe Neri, el monumento a la constitución del 12 y la torre de Tavira con su curiosa Cámara Obscura.


Monumento a la constitución de 1812
 
 
Nuestro alojamiento, un amplio apartamento se encontraba como suele ser habitual muy bien situado, concretamente en la calle Ancha, y más concretamente en el número 13.

 

 

Playa de Cádiz
 

Atardecer en Cádiz

Estrechas y rectilíneas calles. Cádiz downtown

Playa de la Caleta, pisha

Eva, fortificación y mar al fondo

Barrio de la Viña
 
Jerez a pesar de la corta distancia con  Cádiz hay que decir es realmente muy diferente. Digamos que pese a casi doblar en población a la Tacita de plata tiene más de pueblo. Además hay un aire más andaluz, el color y aspecto de sus casas, el trazado de su casco histórico, incluso me permito añadir una mayor diferenciación social. Si aquí se pueden observar las tiendas para el clásico señorito y mayor número de gitanos que identificamos con Andalucía. Incluso en cuanto sales un poquito por el centro se ve ese ambiente flamenco que le ha dado fama desde los pequeños tablaos, una estatua a Lola Flores o simplemente gente dando palmas a la puerta de los bares. También hay que destacar que tiene un aire más descuidado que Cádiz, consecuencia supongo de la cuasi quiebra de su ayuntamiento. Jerez: La Detroit andaluza, casi.

Iglesia de San Dionisio

Jerez de la Frontera
 
En todo caso recordar que nos alojamos en el hotel Sercotel todo un cuatro estrechas que nos salió, consecuencia de la crisis o de reservarlo por booking, a precio de hostal, perfectamente situado, limpio amplio y confortable como se espera del número de luceros que tiene. Jerez tiene como atractivos más conocidos sus bodegas, los caballos, el Flamenco y monumentalmente su catedral, Alcázar un puñado de iglesias donde el barroco andaluz destaca. Nosotros no supimos nada de caballos ni tampoco de flamenco, pero si visitamos las bodegas de González Byass. Menudo negocio que tienen montado (hasta 1000 personas por día pueden visitarlas nos comentó el guía) que a 12 euros por cabeza dan un total de…
 

Por cierto en la oficina de turismo nos ofrecieron la posibilidad de realizar una visita guiada por la localidad que al finar hicimos, en un día de lluvia con un animoso guía local que nos acompaño durante una hora.

 

En fin, una semanita por Cádiz que ha dejado un buen regusto.

El tio Pepe

Bodegas González Byass

Esta foto a la próxima tiene que quedar mejor

Alcázar de Jerez