Hayedo (aunque no lo parezca) de la Tejera Negra
Aprovechando algunos días libres
decidimos realizar un pequeño viaje por nuestra patria. Nada de aviones y nada
de gastarnos el dinero en otros países, que la cosa está muy jodidita. Con
el viaje a Japón nos damos por satisfechos y más que satisfechos en lo que se refiere a exotismos. Así que aprovechando que
gracias al regalito de una amiga de Eva de una noche en un hotel, esto de la
Vida es bella, decidimos programar un periplo que iba a tener como hilo
conductor la Nacional I y que nos iba a llevar a pasar una noche en Ayllón y
otras tres en Burgos. Las fechas, a finales de octubre, lo hacían un poco
arriesgado con respecto al tiempo pero a cambio segurmamente nos ibamos a encontrar con más tranquilidad de lo habitual.
Curiosamente nuestro primer arranque fue la ITV de San Sebastián de los Reyes,
también en la nacional 1. Entre unas cosas y otras, ya con la pegatina que me autoriza a circular
en los próximos dos años tiramos millas en dirección a nuestro primer
destino: El Hayedo de la Tejera Negra. Allí nos plantamos sobre las 12 de la
mañana, y es que para llegar a este famoso Parque natural hay que dar un una buena vuelta. Pero, bueno lo cierto es que estaba todo controlado y todavía nos quedaban 7 horas de luz, más que suficientes para ir con toda la tranquilidad del mundo. Patear por la Tejera Negra parece sencillo. Hay señalizas dos rutas, una que sale desde el pueblo de Cantalojas, quizás recomendada para hacer con bici y otra, la de los Carros, que sale desde el aparcamiento ya metidos en el monte. Los fines de semana de otoño es imprescindible reservar con antelación.
Poca agua todavía, finales octubre
El día resultó de muy buena temperatura, con buena visibilidad lo que nos permitió ver todas las cumbres de la zona y bueno aquello nos gustó bastante. Muy relajado todo.Tras la duta, nos dirigimos hacia nuestro destino Ayllón. Un placer conducir por estas carreteras con muy poco o ninguno trafico y contemplar esta zona realmente bonita de las Sierras de Ayllón y la Pela. Antes de llegar a Ayllón decidimos acercarnos hasta el pueblo de Madriguera famoso tanto por ser un buen representante de la arquitectura roja de la zona, (contraste con la vecina negra de la pizarra) y sobre todo queríamos saber por que unos cuantos famosos se han hecho allí algunas casas. El pueblo un miércoles de finales de octubre a las 6 de la tarde estaba cerrado a cal y canto, algunos obreros currando y si, bonitas y viejas casas.
Espectacular tejo
Equipo técnico, Chubasquero Gore-tex y bolso
Madriguera
Finalmente llegamos a Ayllón y a nuestro alojamiento el hotel del mismo nombre, situado en la bonita Plaza Mayor. La verdad es que resultó bastante curiosos estar en este recientísimo y amplísimo hotel, así entre semana, creo que solo había dos habitiaciones ocupadas. Estos pueblos no dejan de ser pintorescos así entre semana y fuera de la primavera y verano. De momento cenar no fue fácil, tan solo encontramos una especie de restaurante pensión, donde cenamos de forma sencilla pero muy bien, lugar del que no podemos dejar de evitar pensar en unos soprendentes y contradictorios carteles en una de sus puertas. En uno ponía “Privado” y en el otro, sobre el pimero “Salida”. ¡¡ Que gran anecdota¡¡
Ayllón, vistas desde la torre
Al día siguiente tras mover mi coche antes, por segundos que me lo cerrara el mercado de los jueves en la plaza mayor nos dimos una vuelta turística por Ayillón. Un par de horas o así de paseo por el pueblo en una mañana realmente agradable y desmintiendo a las previsiones meteorológicas, luminosa e incluso soleada. Tras el agradable paseo nos dirigimos a nuestro siguiente destino, el yacimiento arqueológico, poblado celtibero primero y luego romano de Tiermes. Nadie en la carretera, nadie en el yacimiento salvo las ovejas. Allí estuvimos otro par de horas o así, caminado entre los restos de aquella ciudad pétrea, donde se pueden ver cosas más que curiosas como un acueducto horadado en la roca, restos de viviendas, piscinas, escaleras talladas en la roca, todo un auditorio y una puerta abierta también claro está en la roca. Estos romanos además de estar locos eran realmente muy apañados.
La torre de las vistas de la foto anterior
Antiguas cuevas-bodegas excavadas en el monte.
Tiermes mucha historia
Tras la visita decidimos poner rumbo hacia Burgos, haciendo el viaje muy agradable por la combinación de carreteras solitarias, día entre semana, buen tiempo y no tener ninguna prisa. De hecho decidimos no volver a la nacional I e ir hasta Aranda de Duero por carreteras secundarias, lo que nos dio oportunidad de conocer la población de Maderuelo, realmente espectacular su ubicación sobre un altozano y con unas impresionantes vistas al rio Riaza, aquí embalsado, aunque en las fechas que fuimos estaba muy seco.
Acueducto oradado en la roca
En el interior de una antigua vivienda
Puentes en Maderuelo
No es el club de la comedia. Es Atapuerca. Este guia era muy bueno
Total que finalmente llegamos al hotel Reyes Católicos en Burgos donde íbamos a pasar las tres noches. Un hotel correcto, con una buena relación calidad precio 50 euros día la habitación). Y para ir resumiendo de lo que hicimos en Burgos decir que además de la clásica pateada por la ciudad el primer día y medio lo dedicamos a los yacimientos de Atapuerca, (yacimiento y parque arqueológico) y a visitar el museo de la Evolución. La verdad es que todo esto es más que recomendable a cualquiera que tenga un mínimo interés por estos asuntos o simple curiosidad natural. Nos gustó mucho y no dio a encendidas discusiones. Eva es más de los nearthentales y yo soy más de los antecesor. Y así pasamos alguna noche, cerrando los garitos con nuestras encendidas discusiones sobre tecnologías primitivas, enterramientos y dataciones de carbono 14. Que no , que es broma a nosotros nos gusta hablar más de macroeconomía.
Operaria
Reproducción de una primitiva vivienda. Creo que fechada en Palestina hace 7000 y 8000 años creí entender.
Museo de la Evolución. Burgos
Muchos niños
Catedral de Burgos
Desde luego que Burgos es una ciudad más que interesante, tiene mucho que ver y yo creo que hasta uno puede pasar 5 noches en ella para intentar ver todo lo que hay así destacable desde el punto de vista turístico. Y eso a pesar del eslogan turístico de la ciudad “Es Burgos, sonríe". Madre mía. Como solo estuvimos tres noches /días y dedicamos uno y medio a la prehistoria, el día y medio restante nos dio para patear algo, la ciudad y para visitar como Dios manda la Catedral y también el Castillo, situado como todos los castillos en un bonito (y alto) emplazamiento. Mucha, mucha historia y lo cierto es que la ciudad nos pareció realmente agradable. Aparte de todo lo típico que se puede hacer en una visita de estas, recordar que vimos una una interesante exposición sobre bonsais, lo que nos hizo recordar aquella maravillosa conversación de Zapatero con aquellos mandatarios, tal vez el aemán Shroeder o Barroso con aquel legendario , "The last president everyday…bonsái "¡¡¡
Catedral de Burgos
Dentro de la Catedral
Retablo
Capilla del Condestable. La leche
Puertas de la capilla del condestable